Año promedio

Precaución! Año promedio...

Precaución! Año promedio...

Pues nada, haciendo el recuento del año 2011 que proponíamos en la entrada anterior, me encuentro que no fue ni un «annus horribilis» ni un «annus mirabilis». Fue, simple y llanamente, un año promedio. Con bajas muy fuertes y altas muy fuertes, eso sí; pero creo que si observan a detalle fue un buen año promedio.

Creo que si me piden agradecer primero los momentos de cosas malas que no sucedieron, sin duda hay que estar contentos con la salud en general de la familia – no tuvimos enfermedades graves -, tuvimos poco dinero sobrante pero no faltó, y el Blog se mantuvo activo y a flote. O que mis padres llegaran vivos y sanos a sus cumpleaños 75 -mi papá, ayer- y 70 mi mamá -celebrándose hoy mismo. O que mi hermano vaya a ser papá. Eso es lo bueno que damos por «descontado».

Entre mis mejores momentos del año:

  1. Haber ido al British Education Technology Tradeshow a principios de 2011. Aprendí mucho y tuve la oportunidad de visitar Londres, incluyendo la abadía de Westminster, el War Room de Winston Churchill y la Torre de Londres.
  2. Mi fiesta de cumpleaños, fue de disfraces con tema Star Wars. Me dio tanto gusto ver a familia y amigos que se esmeraron no sólo por llegar, sino por llegar disfrazados. Sin duda, muy divertida.
  3. Ir al primer día de clases de mi hijo menor en el Jardín de Niños. Particularmente por su respuesta: entró con ganas, no volteó y parecía muy maduro. Me emocionó.
  4. Que mi esposa haya podido lograr una meta planeada por mucho tiempo, al empezar su Residencia como Anestesióloga. Ha sido un gran esfuerzo para toda la familia, pero la vemos feliz y muy comprometida en su formación. Me hace sentir orgulloso; la amo mucho.
  5. Haber ganado un ascenso en mi trabajo, y estar en una posición importante en el mismo, esforzándonos por las metas que nos hemos puesto desde hace mucho tiempo… No me lo esperaba como ocurrió, además. Una gran sorpresa.

Entre los momentos malos del año:

  1. Haberme quedado sin trabajo, fulminantemente, en febrero. Esos avisos de «hoy mismo te vas» no son lo mejor para el estrés o para el desempeño.
  2. Que me robaran la iPad y la MacBook el mismo día, dentro de mi oficina. Perdí con ello 10 años de archivos laborales, de libros en marcha, de fotos y documentos de toda una década. El proyecto del portal hijotime.com se perdió totalmente, por ejemplo. Por supuesto que de algunas cosas tenía respaldos, pero no de todo. Y preocupaba particularmente la información delicada de mi trabajo (incluyendo dos libros casi completos y mi colección de más de cuatro mil canciones en iTunes…). Tomó casi seis meses poder reponer uno sólo de los aparatos.
  3. El hecho de que algunos de mis amigos más viejos (25 años) se hayan alejado sin aviso y sin motivo. Francamente, me sorprendió. Así sucede. Pero sin duda fue algo triste. Eso de «enterrar a los vivos», duele más que enterrar a los muertos.
  4. El que algunas metas tuvieron que posponerse, ya sea por la falta de tiempo o de dinero, o por los materiales perdidos con el robo de la computadora. Libros casi completos, que se perdieron totalmente. El avance del ahorro para la casa propia. Los cursos «de Hormigas a Tiburones» y la edición impresa del libro (la digital está aquí). Y muchas ideas que se pospusieron o perdieron.
  5. Que este blog, «Dichos y Bichos», que ya traía una dinámica interesante (publicando diario, con unas 150-200 visitas diarias, con 4 ó 5 comentarios en cada entrada) se «pasmara» y casi desapareciera por la falta de equipo, tiempo y dinero.

En fin, como verán lo bueno fue muy bueno y lo malo, muy malo. Así que, en mi caso, 2011 fue un año «promedio»: por cada 10 hubo un 6, y al final cierra con 8 como nota final. ¿Y el de ustedes, cómo estuvo?

Comentarios cerrados.