Barbados y barbaridades

Barabados y barbaridades

Barabados y barbaridades

Me vengo a enterar de un conjunto de barbaridades que hacen los hombres barbados -y algunos lampiños, es la verdad- en nombre de su versión particular de Dios y la interpretación de sus creencias de lo que se supone que Él les dijo y solo ellos entendieron adecuadamente. La verdad es que esos excesos con frecuencia hacen que los hombres de buena fe se burlen de los religiosos… y muchos de sus compañeros duden de ellos mismos. ¿Saben lo peor? Que las más de las veces se basan en una única frase bíblica mal interpretada. Van algunos ejemplos de lo que les estoy diciendo:

  • Un pastor en Utah le dijo a un muchacho que, dado que tenía tendencias homosexuales y no podía controlarlas, de una vez se suicidara. «Total, si de todos modos irás al infierno por ser gay, ahórrale sufrimiento a tus padres y no pierdas a otros jóvenes como tú». El problema es que el «consejo» llegó durante un taller para rescatar a los homosexuales de su «desviación». ¿La peor parte? Que tras el escándalo suscitado con el «consejito» investigaron al Reverendo y tenía un largo historial de contratar servicios de prostitución… de varones. Para colmo, lo pagaba con la tarjeta de crédito de la Iglesia. Pidió disculpas diciendo que Satanás lo había tentado pero que él vencía cada vez. ¿Por qué no siguió su consejo y se suicidó él mismo?
  • Hay una nueva aplicación de la Ley en Mosul, Irak. Todo hombre que no se deje crecer la barba será ejecutado, de acuerdo al ISIS. Esto porque el Corán exige que el hombre no se corte la barba como una ofrenda a Dios…
  • Una iglesia evangélica señaló recientemente que ninguno de sus miembros puede tener perros en sus casas, y que de encontrar uno en la calle, deben matarlo. Esto basado en Apocalipsis 22:15 que dice: «Afuera están los perros, los hechiceros, los inmorales, los asesinos, los idólatras y todo el que ama y practica la mentira.» Así que… ¡a matar mascotas!
  • El obispo católico de Alcalá de Henares pidió -exigió- que se le retire el voto a las mujeres, aduciendo que desde que las mujeres votan se han emancipado, lo que destruye a las familias. «Debe entenderse que la sumisión de la mujer al varón es la base de la cultura occidental y de la familia». Ahora entendemos por qué el celibato le gusta tanto. Lo suyo no es tradicionalismo, sino misoginia.

Tal vez por ello hay tantos niños y jóvenes que prefieren ni acercarse a la religión organizada, de la denominación que sea. A todos ellos habrá que recordarles la 1a carta de San Juan Capítulo 3 Versículo 15: «Todo el que aborrece a su hermano es homicida, y vosotros sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.» O mejor aún: El «nuevo mandamiento» de la última cena: «Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.» (Juan 13:34) Lo demás… está de más.

Imagen de hoy Creative Commons License Sascha Kohlmann via Compfight

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