Beber de una manguera de bomberos.

Beber de una manguera de bomberos.

Beber de una manguera de bomberos.

Y si… la frase es tan rara como suena. De hecho, al usarla esta semana en mis redes sociales alguien pensó que era un albur. Bueno, muchas personas. Pero en realidad se refiera a, cuándo tienes sed de algo, y te vuelcas tan total y radicalmente que… literalmente tienes que «beber de una manguera de bomberos» para poder saciar esa sed.

Algo así me paso. La historia es curiosa: A principios del  mes tuve una interesante conversación vía mensajes privados en Twitter con Manuro Maussan (@inviernofunk).  Sucede que no pude ver «Arrival» (La Llegada) cuándo la estrenaron en el cine. Cosas de agendas, dineros y películas para niños. Cuándo tenía tiempo y dinero, había que llevar a los hijos a ver otras cosas. Cuándo había posibilidad de horario -es decir, no estaban los niños- no tenía dinero o tiempo libre. En los cines cercanos rápidamente quedaron funciones de diez de la noche -para salir entre doce y una; ¡no, gracias!- o que se empataban con mis otras tareas. Total, ya no fui a verla al cine.

Sucede que vi que ya estaba disponible en Google Play. ¡Vaya! Si la recomendaban @Oscar_Chavira y @DonVix al mismo tiempo, era casi obligatoria. Y tenía un fin de semana libre -la familia andaba de viaje-. Así que la pedi. Si, tal vez algún día llegue a Netflix. No quería esperar tanto. Estaba a solo un click de distancia.

Beber de una manguera de bomberos.

Bueno, el estúpido de yo se equivocó de botón -o se hizo bolas con los precios-. La renté en vez de comprarla. Así que tenía 48 horas para verla. Y sí, la vi. Unas siete u ocho veces. (Fueron siete, pero con tantas pausas que fue el tiempo de ocho).  La vi en español, la vi en inglés; repasé fragmentos, la vi completa. Una función empezó a la 1:45 a.m., inmediatamente tras la anterior. Quería estudiarla a detalle tanto como fuera posible: viajes en el tiempo, cambiar el futuro… cosas que están presentes en mis novelas, tanto en Clara Sandra solía soñar , El Tesoro de Cuauhtémoc como en #CALEXIT. Además, claro, de interesantes extraterrestres y notables efectos visuales.

Además, como estoy preparando el tratamiento cinematográfico de Clara Sandra, quería ver el manejo de escenas, la música, la tensión dramática, las actuaciones… hacer una especie de ingeniería inversa, pues. En algún momento me entusiasmé tanto, que empecé a comentarlo en redes. Y allí me buscó Manuro. En la charla posterior, hablamos sobre viajes en el tiempo y desdoblamientos, inspirados en Arrival. No conocía mi novela, así que se la mandé para comentarla después.

Beber de otra manguera de bomberos.

Posteriormente, Manuro me recomendó un video de un físico francés, Jean-Pierre Garnier Malet, quien ha propuesto desde 1988 la teoría del «doble». Lo vi, me llamó la atención. Busqué sus libros y los pedí. Los dos que estaban disponibles. (Otro, una edición original de su obra de 1988 cuesta $25,000… que por el momento no tengo para gastar). Lo curioso es que uno vendría de México y otro de Estados Unidos, pero llegarían al mismo tiempo, una semana después.

Y… bueno, les cuento a detalle en nuestra siguiente entrada. Por ahora, solo les comento que desde la universidad no había leído un libro de 180 páginas, mezcla de física, física cuántica, filosofía y metafísica… en un día. Y el segundo, más llevadero y de «solo» 150 páginas, en una sentada.

¿Lo peor? No se me sació la sed. Necesito… otra manguera de bomberos.

Imagen de hoy: ATOMIC Hot Links via Compfight

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