Dinosaurio: Un muy pequeño dinosaurio…

Dinosaurio: Disney lastima a Pixar

Dinosaurio: Disney lastima a Pixar

Pixar estrenó su más reciente película, «un gran dinosaurio» que resultará ser una película promedio para el estudio. Pero no porque sea mediana en si misma, sino porque tiene muchos dieces y niveles de excelencia en algunos aspectos -en la parte de la que Pixar es responsable- y verdaderos errores y mediocridad extremos en otros aspectos -la aportación de Disney al proyecto-, lo que al final si por cada diez le acompaña un cinco, el promedio termina cercano al siete.

Como saben, Pixar empezó como un proyecto de Steve Jobs, quien buscaba un software de renderizado -esto es, de animación por computadora- que permitiera que cualquier persona pudiera hacer cortos por computadora. Sin embargo, esto no funcionó del todo bien dada la capacidad de cómputo requerida, por lo que se quedó en el segmento de profesionales, y hace más de 20 años estrenó el largometraje «Toy Story»,  la primera película de animación realizada totalmente en computadora. Todo un hito.

Pixar y su trabajo previo a Dinosaurio.

Pixar se caracterizó por hacer películas para niños que también apelaban a los adultos. Trataba a los niños como personas inteligentes -no como tontos ni como pequeños adultos- pero a la vez llenaba sus películas de referencias que tenían sentido para los adultos. Por ejemplo, la propia Toy Story tenía componentes y escenas que remitían a películas que eran importantes para los adultos -como Star Wars- pero a la vez entendibles para los niños. Era un entretenimiento para toda la familia. No tenía formalmente villanos, sino héroes con fallas (Woody está celoso del éxito de Buzz Lightyear; Buzz ignora su naturaleza de juguete) que debían primero luchar contra si mismos y luego buscar un balance con los demás.

Adicionalmente, con cada película han ido mejorando tanto su técnica como guiones, música y los demás elementos. Hicieron películas sobre superhéroes que viven en el mundo común y por ello tienen dificultades; sobre animales acuáticos con una impresionante reconstrucción digital del mundo submarino; nos aportaron ideas tan sorpresivas como una rata cocinera o más anécdotas de juguetes. Por ejemplo, en Toy Story 2 Woody sabe que es un juguete… de colección y muy valioso. ¿Aceptará irse a un museo y dejar de ser juguete?

En otras historias su aportación radica en romper paradigmas. En «Up, una aventura de altura» nos presenta perros que se portan como perros, niños que se portan como niños y viejos que se portan como viejos. Es decir, contrario a lo que suelen ser las películas de animación en las que todos los personajes se alejan de sus rasgos cotidianos. Además, las películas de Pixar solían mover las emociones, con por lo menos un momento sumamente alegre, un momento sumamente triste, un momento sorprendente y un buen manejo de la historia: establecer una situación normal, una alteración de la misma, una búsqueda de solución, un cambio de paradigmas y al final una situación normal,

El principio de la perdición para Pixar fue asociarse con Disney. Esto porque al gigante del entretenimiento hay dos cosas que le preocupan por sobre la integridad artística y la libertad creativa: ganar dinero y reproducir un esquema de valores.

Desde que Walt Disney modificó los cuentos clásicos de los hermanos Grimm y otros, hay cuatro elementos comunes: Los buenos siempre ganan, así sea por serendipia -accidente- o involuntariamente, porque el bien no puede perder. Los malos son feos y/o torpes, y siempre perderán por ser malos (y torpes). Los malos son castigados, en la mayoría de las películas caen al fuego… o a la cárcel.  Y el personaje principal requiere un compañero, conciencia o alter ego que canta y baila y hace humoradas, a pesar de ser torpe… porque lo buenos deben ganar y ser divertidos (y porque hay que tener al menos un número musical que tenga una canción pegajosa y juegos visuales… aunque no tenga nada que hacer en la historia). Y ese esquema se repite desde Blanca Nieves y los siete enanos hasta Frozen, su último gran éxito comercial.

Así, las películas Pixar elaboradas para Disney padecen de eso mismo: Cars y Cars 2 y Up llevan eso al extremo. Incluso en Up el villano acaba cayendo al vacío en medio de llamas -además de ser feo- y el perro que acompaña a los héroes es el comic relief, que llega a arruinar un par de secuencias. Y ya ni hablar de Planes y Planes 2, un spinoff de Disney SIN Pixar que padece de lo mismo.

Confieso que uno de mis mayores miedos de las nuevas películas de Star Wars bajo el dominio de Disney es que copien el modelo… que ya vimos en Avengers: los malos pierden por ser malos, hay un personaje cómico -Hulk en este caso- y el humor forzado en IronMan que matan la simpatía por el personaje. Pero bueno, Disney cree que eso es bueno para su negocio. Y la taquilla no les deja ver sus errores. Si ganan dinero, ¿qué más da que no ganen más o que no hagan mejores películas? Su fórmula de valores de cristiano congregacionalista y de conservador religioso siguen metiéndose en sus producciones a casi medi siglo de su muerte.

Un gran dinosaurio: errores graves y aciertos notables.

*** Spoiler alert*** La siguiente parte del texto comenta parte de la trama, por lo que si no quieres saber, recomendamos saltar hasta la sección «En resumen». Advertidos.

Un gran dinosaurio, la nueva película de Disney/Pixar fracasa en varios aspectos. Primero, es en muchos sentidos una reedición de la historia de El Rey León (al grado de que el padre del personaje principal muere en cámara tratando de salvar a su hijo, quien se aleja por culpa y por accidente). Segundo, introduce villanos malos y feos, que pierden ante todo por ser malos… y feos. Y si bien no acaban cayendo al fuego, si acaban cayendo al río en una escena en que se les castiga por malos… y feos. Tercero Introduce personajes cuyo único objetivo es tratar de hacernos reír… y ganar dinero, vendiendo peluches. Es el caso del Triceratops que, con menos de tres minutos en pantalla y sin aportación real a la historia, es parte de los juguetes, peluches y coleccionables que ya están a la venta sobre esta película.

Los personajes parten de una hipótesis. ¿Y si no se hubieran extinguido los dinosaurios? Entonces vivirían en una sociedad preindustrial, con los hervívoros siendo granjeros, los carnívoros siendo ganaderos, y los carroñeros siendo… forajidos. ¿Y los hombres? Ah, esos son los animales salvajes, al grado de que «Spot», el personaje humano, es el «perrito» de Arlo el dinosaurio. Y hace lo que los perros: olfatea, rastrea, juega, tiene miedo… Así como en muchas películas se humaniza a los perros, acá se «perriza» al humano. Y el resultado es desigual: conmueve y asquea, es simpático a ratos, pero odioso -para los niños principalmente- en muchos otros.

Hay dos cosas muy destacables: la música y los paisajes. En estricto sentido, «un gran dinosaurio» es LA gran película americana. Podría ser un vídeo del disco de  Narada «América», y sería extraordinaria. Los paisajes. Las texturas. Las montañas, bosques, praderas y desiertos. Las nubes y los ríos… Particularmente las nubes. Los paneos de cámara sobre los ríos, las montañas y los valles. El detalle que hace ver desde los pistilos de las flores en primer plano hasta los bosques a medio campo y las cumbres de las montañas al fondo. Las tormentas. La naturaleza como un personaje es algo extraordinariamente bien logrado.

La música es el mejor acompañamiento posible para la historia. Es acorde a los paisajes, transmite las emociones adecuadas, se escucha «acorde» a la situación en cada momento. Se escucha nueva y conocida a la vez. Sabes que suena en el momento adecuado.

El gran problema es cuándo Pixar intenta crear un mundo realista -con sustancias viscosas saliendo de un escarabajo decapitado, con sangre en las peleas o con encías infectadas por una cortada de un diente- con un personaje principal caricaturizado, con ojos grandes y lejano al realismo de los demás personajes -incluso el niño Spot si parece un niño-. Y con características que parecen más basadas en Mowgli, el personaje de El Libro de la Selva que serían acordes para un niño, pero que se perciben fuera de lugar en un dinosaurio.

En resumen: Un muy pequeño dinosaurio.

En la sala en que la vimos, al menos 5 niños se soltaron llorando. Dos pidieron el celular para jugar «y no aburrirse». Los adultos estaban inquietos. Es una película que no debes ver con menores de 5 años. Demasiado real y violenta para ellos -las tormentas y la inundación los espanta-. Tiene buenas escenas, y los paisajes son algo realmente notable. Tal vez en 3D sea un gran espectáculo.

Pero será una de las peores películas de Pixar tanto en taquilla como en crítica. Tiene demasiado Disney para que «un gran dinosaurio» sea una buena película. Y es una pena, porque el nivel de maestría que alcanza en los aspectos cinematográficos requerían mejor destino que ser aplastado por el afán de ganar dinero y reproducir su escala de valores… incluso en un mundo acrónico de dinosaurios humanizados y humanos emperrados. Véala por el deleite visual y sin bebés. Es mi mejor consejo.

Para cerrar esta reseña, va el corto oficial de «Un gran dinosaurio».
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Imagen de hoy Ricky Brigante via Compfighty video cortesía de Disney desde YouTube.

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