En respuesta a «¿Y qué gritó Hidalgo?»

¡Viva México!

¡Viva México!

A raíz de la entrada «¿Y qué gritó Hidalgo?» mi querida maestra y amiga Luz Ma. Silva (en Twitter, @luzmasilva) publicó en su página de Facebook «Historia de México y del mundo que lo rodea» el siguiente texto, que con su autorización les comparto aquí también:

Hace muchos años un querido banquero de los de antaño, de Lagos de Moreno, Jalisco me pidió que le investigara qué problema financiero había existido en 1808 pues, me dijo, casi todos los pueblos que tienen nombre de persona en el Bajío son de criollos de la independencia, así que hubo algún problema. Por favor investíguemelo. Lo investigué y cuando encontré la respuesta, decidí estudiar historia con una mentalidad diferente, es decir como autodidacta.

Efectivamente, la Independencia de México y de la mayoría de los países hispanohablantes de América se generó por esa escasez y carestía provocada tanto por la sequía como por falta de recursos para financiar la siembra y la cosecha desde 1809 ya que al invadir Napoleón la mayoría de España nadie sirvió (pagó) los intereses de la deuda que el rey tenía desde que en 1804 había emitido la Real Cédula de Consolidación de Vales Reales.

La Iglesia era el banquero de América Latina. Al no tener dinero, no prestó y se puede ver en todo el subcontinente cómo empezaron las rebeliones.

En México la independencia (me refiero a los 11 años del proceso, no sólo al grito de Hidalgo) se generó y alimentó en el Bajío. Los rancheros criollos (charros diríamos hoy) de Guanajuato, Jalisco y Michoacán fueron los más afectados y los que hicieron el movimiento. La parte intelectual del mismo corrió a cargo de los norteños como el regiomontano Fray Servando Teresa de Mier y también de gente de Guanajuato, como Lucas Alamán y José María Luis Mora.

No es accidental que Hidalgo fuera de Guanajuato y Morelos e Iturbide de Michoacán, para mencionar a los más conocidos.

Como se pregunta Gonzalo ¿Qué gritó Hidalgo? Nadie lo sabrá jamás. Ni siquiera conocemos en realidad su cara. Conocemos retratos hablados del personaje, pues uno de los castigos que le impuso la inquisición fue que todas las pinturas en las que estuviera su cara fueran destruidas. Ese viejito a veces bondadoso y a veces no tanto que vemos es de una pintura muy posterior a su muerte.

Si no lo conocemos a él, tampoco a su grito. Seguramente gritó ¡Viva la Virgen de Guadalupe! Hay quienes dicen que esa parte de la independencia fue el enfrentamiento entre dos Vírgenes: la de Guadalupe, de los insurgentes, y la de los Remedios, de los españoles.

Seguramente sí gritó en contra de los gachupines. Los odiaban porque las Reformas Borbónicas los habían encumprado y desplazado a los criollos, apoderados de muchas cosas por la ineptitud de Carlos II el hechizado y el cambio de dinastía a principios del siglo XVIII.

Tal vez sí gritó algo en contra de los franceses o más bien de Napoleón Bonaparte y de su hermano José, rey de España. Napoleón era punto menos que el demonio: tenía presos al Papa y a los reyes españoles Carlos IV y Fernando VII.

Siempre he dudado mucho de eso que se dice que la revolución francesa influyó en el pensamiento mexicano y fue una causa de la independencia. Lo fue, sí, pero no por el pensamiento sino porque generó a Napoleón, que invadió a España y destruyó el sistema político, ya deteriorado, de los Borbones.

El ejército de Hidalgo, como el de todos, salvo el de Iturbide, tenían como paga lo que sacaran del saqueo de las poblaciones y lugares que tomaban. Por eso las guerra civiles son tan sangrientas y devastadoras. No hay nómina que cubra el sueldo de los militares que participan en la lucha.

Iturbide sí tenía un ejército regular, el virreinal. Los batallones del Sur. Hay que recordar que la Independencia se consumó en 1821 para evitar los efectos igualitarios de la Constitución de Cádiz, vigente en toda España desde 1820, cuando el Coronel Riego obligó a Fernando VII a firmarla.

Los de Cádiz perdieron el poder en 1823, cuando Fernando VII y los absolutistas se impusieron de nuevo. Para entonces, ya había perdido la mayoría de su imperio y de ser el rey deseado, cuando estaba prisionero en Francia, había pasado a ser el rey felón, el peor de la historia española.

Hasta aquí el texto de Luz Ma. Silva. Muy agradecido con ella y muy interesado en esas reflexiones y en comentar que esas líneas fueron desatadas por mis comentarios. Nuevamente, les invito a suscribirse a su página de Facebook «Historia de México y del mundo que lo rodea«.

Imagen de hoy por Creative Commons License Christian Frausto Bernal via Compfight

3 comentarios

  1. a veces nos encontramos con sorpresas al analizar nuestra historia desde otra óptica y no la escrita por los historiadores que siempre han estado del lado de los vencedores, muy buen escrito, felicitaciones, un saludo desde Bariloche. Hugo Orellana
    My recent post Próximamente llega el verano y con él las gastroenteritis…(Parte 4, last 🙂

    • … Y yo añadiría que hay más semejanzas entre los países de América Latina, que las que nos gusta admitir. -Hay quien dice que Bolívar conoció a Hidalgo en un viaje previo a sus respectivas luchas de independencia. ¿Será? Saludos.

  2. Pingback: Lo ético y lo legal | Dichos y Bichos

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