Genio.

Elemental, mi querido genio...

Elemental, mi querido genio…

¿Qué hace que una frase célebre se vuelva célebre? No sé… pero creo que uno de los puntos es que «resuene» en el inconsciente colectivo, sea pegajosa y clara, y que «alguien» asuma que viene de una posición de autoridad. No son los únicos factores, pero sin duda tienen algo que aportar de manera sensible.

Se dice que Albert Einstein era un genio; sin embargo, pocos lo entendemos en realidad. Decir que «E=mc²» resume la teoría de la relatividad especial es algo simple y exagerado: la famosa ecuación, pieza fundamental de la teoría, implica que la materia y la energía son intercambiables (como lo demostró la bomba atómica)… aunque para ello haya que acelerar a una o alentar a la otra. Pero eso no es la teoría de la relatividad, la que en realidad dice que «no hay un marco de referencia privilegiado»: el centro del universo no es el sol, ni la tierra, ni la Vía Láctea, ni la puerta de mi casa… Según dónde estés es el fenómeno que observarás, y por tanto el marco de referencia altera la percepción del fenómeno. O algo así. El chiste es que, con esa visión, deja de lado la física newtoneana y sus leyes «absolutas» sobre el movimiento.

Lo curioso es que el genio de Albert Einstein, reconocido por muchos como el estereotipo del genio científico del siglo XX, es muy citado… en campos ajenos al suyo. Es decir, pocos humanos entienden a cabalidad la teoría de la relatividad; pero todos entendemos frases como «si haces lo que siempre has hecho obtendrás lo que siempre has obtenido». O «Todos somos muy ignorantes. Lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas».

También dijo «Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy tan seguro…» Y si, en eso hay que reconocer que es todo un genio.

Lo cierto es que cuándo vemos sus esfuerzos por el pacifismo y la campaña para no usar la bomba atómica -que ayudó a inventar y que, evidentemente, fue una campaña fallida- queda claro que su sabiduría se manifestaba en más de una cosa. Es un genio en toda la extensión de la palabra… Excepto cuando vemos sus relaciones personales. Se casó alguna vez con una de sus primas -tras divorciarse de su primera esposa-, no supo el paradero de su primer hijo… y fue, en ese sentido, todo un caos. Hacia el final de su vida propugnaba el vegetarianismo como una solución a los problemas de la humanidad… como antes promovió el sionismo, el comunismo y el pacifismo.

Lo cierto es que muchas de sus frases se volvieron sabiduría coloquial, mucho más trascendentes para la gran mayoría de nosotros que sus grandes aportes a la física, la astronomía, la ciencia y el avance de la técnica. Un genio, pues.

Imagen de hoy porRoberto Rizzato via Compfight

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