Meditación: lo observado

Meditación: lo observado

Meditación: lo observado

Hace poco más de 500 días, y por recomendación de mi editora @_AliLE_ empecé a practicar meditación como primera tarea del día. A veces me sale muy bien, otras a duras penas cumplo -o estoy tan cansado que me quedo dormido a medio proceso-. A casi año y medio de iniciar mi jornada con esta práctica hay algunas cosas que he logrado y hábitos que he adoptado de los que quiero comentarles en esta entrada.

Debo decirles que no es mi primer encuentro con este tipo de práctica, pero si es sin duda la racha más larga de práctica de la meditación continua que he hecho. Si, por tres años la hice, pero una vez a la semana. Otras veces han sido variaciones, como el Qui-Gong o el Tai-Chi, pero alguna de ellas hace tanto tiempo que es como si nunca lo hubiera hecho, y con la otra no logré una racha tan larga.

Meditación: En qué consiste.

Tal vez muchos piensen que es una práctica religiosa del misticismo oriental. En realidad es una técnica que permite calmar la mente y «dejar de pensar» de manera consciente, lo más fácil para lograrlo es concentrarse en la propia respiración y/o repetir una frase o «mantra» que tenga cierto sentido, y que repasas cada vez que un pensamiento pretende dominar tu mente.

Porque, hay que decirlo: nuestra mente tiene unos 100,000 pensamientos al día. Pasan por la «pantalla de la mente» como si fueran anuncios o mensajes publicitarios:  cinco, diez segundos. Algunos lo hacen machaconamente: una y otra vez, tras acaso unas pocas ideas de otro tipo en medio.

«Estoy muy gordo… pero tengo hambre. Si, como de angustia. Pero bueno, es normal estar estresado. Y ¡cómo no! Debería hacer algo para calmar el nervio. ¡Ya sé! Voy a comer algo… aunque no se si deba… Estoy muy gordo…» Y así, diez frases como estas «pensadas» a cada rato.

Por eso hay quien dice que los grandes artistas o deportistas se ponen «en la zona» para lograr lo que pretenden.  Y muchos describen esa «zona» como prestar toda la atención al momento presente. Estar en el aquí y el ahora, concentrado totalmente en lo que haces. Es lo que dice Dan Millman. Es lo que propone Ray Bradbury al decir que escribir es «trabajo, relajación y ¡no pensar!».  Es a lo que he llamado Inspiración on-demand. En realidad, lo que los tres decimos es que hacen su arte o su deporte meditando.

Meditación: cómo la practico.

En mi caso, uso unas grabaciones de meditación que duran unos 20 minutos: cinco o seis minutos de «entrada» o descripción de lo que se quiere lograr y el «mantra» a utilizar,  unos 13 a 15 minutos de música relajante y un par de minutos de salida. Así que entre 5:30 y 6:00 me verán meditando.

Muchas veces lo hago en la propia cama. Otras, en un pequeño banco de meditación. Algunas, incluso, completando otras tareas -si, cuándo no escucho la alarma a tiempo y tengo que apurarme con otras tareas, como hacer el desayuno-. Incluso me llego a quedar dormido y la vuelvo a empezar…

Lo relevante es calmar la respiración, acallar la mente y estar presente y en paz. En 500 días, unas 5 veces he alcanzado niveles de profundidad y comprensión realmente profundos y que repercuten en el resto del día -por ejemplo, escribir dos capítulos de la novela en un día-, o buscar personas relevantes, o lograr avanzar algunos proyectos.

Unas 5 veces me ha ido realmente mal. Digamos que me vuelvo a quedar dormido o me despiertan a media meditación y me quedo «zombie» un par de horas. La gran mayoría de las veces me va bien, pero nada notable.

¿Qué he logrado? Estar más en paz, afrontar dificultades con más serenidad, la posibilidad de concentrarme en ciertas tareas de manera muy sencilla, incluso manejar «en estado Zen», pudiendo anticipar lo que hará no sólo el vehículo de adelante, sino dos o tres, evitando así accidentes graves… Es decir, hay un conjunto de beneficios que vale la pena probar y conocer.

Mañana les contaré más a detalle cómo pueden también empezar a incorporar esta  práctica a su vida. Por lo pronto, respiren hondo y concéntrense en su propia respiración.

Imagen de hoy PATRI DIEZ via Compfight

4 comentarios

  1. Héctor Del Valle

    Suena muy interesante, aunque claro, yo no lo podría hacer a esas horas de la madrugada. Soy un buho que despierta a las 9 porque se durmió a la 1:30 -2:00 ¿tú recomiendas que sea la primer actividad del día?

    • Si, recomiendo que sea la primera actividad del día. Aunque es buena opción hacerlo antes de la cena, siempre y cuándo tengas una hora o más de vigilia antes de irte a dormir. Fomenta la creatividad, por lo que puede ayudarte a cerrar bien el día.

  2. Yo le he practicado desde hace muucho tiempo pero intermitentemente. Pero si, es una excelente herramienta para bajarle al stress y para concentrarte, y hasta para cambiar cierto tipo de creencias que tenemos muy arraigadas y que a veces son las que nos detienen en alguna áreas de nuestra vida, Pero de ya me urge que sea constante.

    • Lo difícil es hacerlo un hábito constante. Como hoy, que me quedé dormido a la mitad y tuve que volver a empezarla. Así pasa.

No se admiten más comentarios