Millenium I. Los hombres…


Los hombres que no amaban a las mujeres es la primera parte de la trilogía de Larsson denominada «Millenium». En ella, además de presentar a los personajes principales de la saga -Lisbeth Sandler y Mikael Blomkstic- el autor hace una reflexión sobre el rol del periodismo como instancia de control de los entes privados, particularmente en el aspecto económico.

Tras ser acusado de difamación, y condenado al pago de una millonaria multa y pasar tiempo en la prisión, el periodista venido a menos Mikael Blomkstic es contratado por el magnate industrial Henrik Vanger para investigar la desaparición de Harriet Vanger, sobrina-nieta del dueño del conglomerado industrial Vanger Industries, ocurrido en una tarde en que la isla en que viven quedó aisala por un accidente vial, cuarenta años atrás. Henrik sospecha que algún miembro del clan es el asesino, y quiere aclarar el crimen antes de morir.

En el curso de su investigación, Blomkstic descubre que la desaparición de Harriet no es un evento aislado, sino parte de una serie de violentos crímenes con un corte religioso – sexual ocurridos en el pasado. Durante la investigación del hecho, se vinculará con Lisbeth Salander, una joven hacker, antisocial y guiada por un afán de reivindicación de su propio pasado violento. Será su tarea desentrañar la violencia y secretos del clan Vanger.

Eso por lo que respecta a la trama; pero el subtexto de la importancia de los medios de comunicación como elementos de control sobre las empresas e industrias es un tema también presente.

Mikael va a la cárcel por haber confiado a una fuente que reportó que el empresario Wennerström había defraudado al Estado en un programa de apoyo a la reconstrucción de la Europa del Este. Sin embargo, a pesar de que tenía muchos delitos en su haber, la publicación había sido un invento no adecuadamente verificado, por lo que perdió la demanda por difamación. Esto nos lleva a pensar: ¿Cuántos periodistas conoce que hayan sido encarcelados en nuestro país por difamación? Diría que ninguno. O bien mueren a manos de sicarios (como Manuel Buendía y Héctor «el Gato» Félix Miranda) o los encarcelan por evasión de impuestos u otros delitos (como Matarili Lirilón, columnista del Ovaciones) o enfrentan y ganan demandas por difamación establecidas con montos pecuniarios.

Pero también señala en sus reflexiones que muchos de los periodistas de la fuente económica han dejado de ser críticos y «cuarto poder», para volverse meros voceros y amplificadores de lo que dicen las empresas. Y en ese sentido, me pregunto cuántos periodistas denuncian de manera real y fehaciente un posible problema en las empresas. Es cierto que Miguel Ángel Granados Chapa lo hizo al anunciar la vinculación de Televisa y Nextel antes siquiera de que se diera, lo que fue desmentido por ambas partes… para ser demostrado por los hechos meses después de su primera divulgación.

En fin, si les interesa conseguir el libro desde menos de U$5 -usado- o comprarlo nuevo, les recomiendo verlo aqui: Los hombres que no amaban a las mujeres, Vol. 1 Trilogia Millennium (Edición en Español). Continuaremos analizando la saga.

2 comentarios

  1. Buena pregunta.. ¿cuantos por difamación?…. el periodismo es una profesión muy arriesgada en la actualidad y creo en mi opinión que solo se dedican a informar pero la mayoría no investiga ..tal vez ahora pesan otros intereses…

    • En realidad, la difamación en México se ha usado muy poco. Recuerdo algún caso de La Tigresa y otro, muy célebre, entre Olga Wornat y Revista Proceso acusados por Martha Sahagún. También hay uno entre La Jornada y Letras Libres, pero ese sigue en marcha (lleva como seis años). Saludos…

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