Moneda, dos caras tiene… ¿O no?

Moneda de dos caras

Moneda de dos caras

Dos caras tiene la moneda. Y un canto. Esto parece una verdad absurdamente obvia, pero lo traigo a colación porque a veces parece que se nos olvida algo tan simple y cierto a la vez. Y lo comento por las cosas que estoy pasando en estos días y que ya les he contado a algunos de ustedes. Otros lo han leído en mis redes sociales. Y muchos podrán relacionarse con ello, sin duda.

Sucede que en estos días estoy desarrollando nuevos proyectos. Y hay personas que me escuchan hablar de ellos tan apasionadamente y con tal convicción, que quedan convencidos y maravillados. Pero no todos: no faltan quienes me señalan todas las dificultades -reales o imaginarias- que me evitarán completarlos como están planteados. Pero no les hago caso.

Y no los ignoro en mal plan o porque crea que hacen daño, no, nada de eso; lo hago porque se que no puedo dejar que el pesimismo me hunda y, o son dificultades que ya he considerado y tengo una ruta para esa contingencia, o me parecen más fruto de la envidia o de la duda.

La otra cara de la moneda.

Pero también sucede que mi mayor freno, detractor y crítico soy yo mismo. Tal vez no en público. Tal vez no de manera concluyente. Pero el mayor opositor a mi propio avance… soy yo. Y estoy seguro que también a ustedes les pasa.

Lo peor es que no ocurre de manera directa, no: el sabotaje es soterrado. Es poner «postergar» a la tarea que haría avanzar el proyecto hoy… para mañana ponerlo otra vez, y luego decir «para el lunes». Y entonces es uno más de los 42 correos en la lista de «Pospuesto» en el Inbox. Debería ser cero.

O abres el archivo y lo dejas porque hay cinco o siete tareas que puedes acabar más rápido y postergo la que no quiero hacer, para luego darme tiempo que en lugar de 25 minutos -cinco por cada una- han pasado dos horas y ya no queda tiempo para la tarea importante.

O dices, «bueno, mañana» y luego recuerdas que es puente y dices «de acuerdo, el lunes…». Si, a ratos parece que soy un mal jefe de mi mismo, o un pésimo empleado. Pero las cosas avanzan. Eso es lo importante.

Imagen de hoy Numismatic Coins & History via Compfight

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