Otras parajodas

Te persiguen...

Te persiguen…

En la entrada anterior comentábamos sobre las parajodas: esas situaciones que, además de ser poco probables, te acaban ofreciendo un escenario de perder-perder: hagas lo que hagas, algo saldrá mal o no te gustará el resultado.

Tal vez no es grave, pero si es muy incómodo. Y, sin embargo, en dónde más se llegan a utilizar es en temas de política -y cosas peores-. Creo que hay una historia que lo ilustra bien:

A principios de 2013, como parte de su comentario al aire en el noticiario de Leopoldo Zea, un tal Ángel Verdugo declaró que los ciclistas en la ciudad de México, particularmente en zonas como Reforma y la Condesa «son una plaga que debemos exterminar». y luego agregó algo así como «si se le atraviesa un ciclista, ¡Atropéllelo, mátelo!». El conductor le trató de aclarar: «…lo dices en sentido figurado, Ángel…» a lo que el aludido añadió: «¡Claro que no, son una plaga que merecen la muerte!». (No son citas textuales: casi se ha borrado de la memoria digital ese episodio).

El escándalo fue casi inmediato en redes sociales: la audiencia de Zea no es abundante, pero si altamente participativa en Facebook y Twitter; y por la naturaleza de Grupo Imagen, su empresa, tenía un perfil demográfico alto  y «sofisticado»: dicho de otro modo, había un fuerte componente de ciclistas de Reforma y Condesa. Y le empezaron a llover críticas por avalar lo dicho por el opinador. Entre otras cosas, le mencionaron que era una apología del delito, y que él sería cómplice si algún ciclista moría atropellado por eso. Su posición pública fue que «la gente debía entender que era un sarcasmo, y que el sarcasmo es una muestra de inteligencia. De ahí se arrancó un nuevo término:

Como el conductor Zea respondió un poco -pero luego me bloqueó definitivamente-, no puedo poner su respuesta. Pero me señaló a mi y a otros tuiteros como «personas lerdas que no comprenden la inteligencia detrás de un sarcasmo». Respondimos con lo siguiente:  

La reacción social fue tremenda: a mayor era el intento de defensa, más crecía la ola crítica. Eventualmente, Zea me acusó de que era «alguien pagado para dañarlo»; lo que era falso. Y me bloqueó. Pero lo que si pasó es que más y más personas se sumaron, al grado de incorporar a distintos catálogos el término #Zearcasmo:

Y, al final, el Comité de ética editorial de Grupo Imagen suspendió a Ángel Verdugo, sesionó y decidió retirarlo del aire, y dar una recomendación en contra de Zea, pidiéndole que fuera más cuidadoso al aire. Así ocurrió la primer Parajoda mayor que tenemos documentada:

Imagen de hoy Creative Commons License JD Hancock via Compfight

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