Sense8: Netflix revoluciona de nuevo

Sense8: Revolucionando al mundo

Sense8: Revolucionando al mundo

NETFLIX, el servicio de streaming on-demand que colaboró a la quiebra de los clubes de renta de video y están presionando también el negocio la televisión abierta, está haciendo grandes aportaciones en la producción de series de contenido original (y ya empieza con películas). En esta entrada me centraré en Sense8 uno de los productos más recientes, novedosos, globales y revolucionarios que ha presentado esta compañía.

De entrada cabe recordar que, mediante el pago de una suscripción de costo moderado, puedes acceder a programas de televisión y películas desde Internet conectadas a tu televisión regular o vía computadora, tableta o teléfono móvil. Esto es ya no requieres un soporte físico (como era un DVD o Blue Ray) para poder ver los contenidos que quieras en el momento que quieras. Esta flexibilidad y bajo costo lo hicieron competidor directo y muy poderoso en contra de los “clubes de renta de películas” o “videoclubs”, al grado tal que ya quebró a Blockbuster en Estados Unidos. ¿Para qué ir al club si puedes tener muchas opciones sin salir de casa, por un costo fijo y sin pagar recargos por entregas tardías?

Adicionalmente y gracias a que es un servicio de suscripción, no interrumpe con publicidad sus programas o películas, con lo cual también está llegando a erosionar el negocio de la televisión abierta. Es decir ¿Por qué esperarme a ver “Robin Hood” en la tele el domingo a las 10 de la noche, interrumpido por anuncios cada 15 minutos y cinco años después de su estreno en cine, si puedo ver esa película u otra el día que quiera, a la hora que quiera, sin comerciales, con opciones de audio y subtítulos, en alta definición? Y todo por menos de cien pesos al mes con uso ilimitado. Claramente es una propuesta ganadora.

Netflix, el disruptor.

Por supuesto que para Netflix hacer un modelo de streaming funcionó bien porque tuvo la ventaja de ser uno de los primeros y más exitosos (por ser multiplataforma y no requerir Flash). Gracias a ello ha podido replicar su modelo en distintas partes del mundo, con distintos catálogos disponibles. Hay quién dice que no tiene caso suscribiese pues aunque tenga algunos estrenos o buenas películas, la mayor parte su catálogo parece de películas de videohome, o de seres B o de mala calidad. Que es como ir a un videoclub ochentero a buscar en los pasillos por algo de catálogo chafa mientras esperabas que llegaba el estreno que te interesaba.

Algo que no todos saben es que, entre más ves, más cosas se incorporan a tu catálogo porque va “refinando” la oferta basado en tus gustos y búsquedas previas. Es decir, entre más ves, más te ofrece. Si ves poco, verás pocas opciones por lo que la crítica tiene algo de validez.

Pero para poder superar esa crítica, Netflix se metió de lleno a la producción, primero, de programas breves y documentales; luego, de series y ahora hasta de películas de calidad cinematográfica para su plataforma. Su primera película, Beast of No Nation -que reseñaremos en otra entrada- se estrenó simultáneamente en línea y en cine comercial, y se espera que compita en los premios Óscar 2016 con buenas posibilidades.

House of Cards: su primer mega hit

La principal diferencia de Netflix como productor es que cuenta con una base de datos de lo que más le gusta a sus usuarios, por lo que puede desarrollar productos específicamente pensados para su mercado- Un ejemplo: cuándo descubrió que entre los productos más solicitados estaban series de docudramas de la BBC (el canal de televisión británico ) y que Kevin Spacey era uno de los actores más vistos dentro su catálogo, la lógica fue muy clara: hizo un serial original basado en un trabajo de la BBC con Kevin Spacey como protagonista.

Entonces lanzan House of Cards, una serie basada en un proyecto Inglés, basado en las intrigas al interior del Parlamento (en el mismísimo Big Ben como locación) pero adecuado a la realidad de Estados Unidos y el Capitolio. Pero al ser televisión restringida o on demand puede presentar escenas que serían demasiado fuertes para televisión abierta o convencional. Entonces tiene un político que no logró ser candidato a la presidencia pero que hace todo para derrocar al presidente, y que realiza amenazas y traiciones, que comete homicidios, que tiene una esposa cómplice, con una sexualidad desbordada, incluso con tendencias homosexuales y que además le habla la cámara comentándole los motivos por los que va hacer ciertas acciones maquiavélicas, al tiempo que muestra sus conversaciones en Whatsapp y sus mensajes de Twitter. Es decir, una serie redonda para su auditorio y que ha ganado premios y récords de audiencia.

Como House of Cards, otras de las series de producción propia rompen paradigmas, pero también están construidas como series de diseño: esto es, se busca qué actores interesan a los usuarios, qué perfiles de personajes, qué tipo de historias… y entonces generan exactamente el tipo de producto que se requiere. Por ejemplo, en Orange is the new black tenemos una serie sobre prisiones femeninas (tema poco abordado) en dónde cada uno de los personajes corresponde a un estereotipo preconcebido (la blanca mojigata, la caucásica maldita, la latina ignorante, la vieja mística, la homosexual abierta, la inocente inculpada….) pero que interactúan de manera muy interesante y crean un producto nuevo y original.

Hay quien dice que al usar esta fórmula su contenido artístico no es muy alto y su capacidad de agradar al público no se corresponde con lograr apoyos de la crítica. Funciona tan bien que el público lo sigue con verdadera pasión; si además a partir del estreno de una serie puedes quedarte 24 horas al hilo siguiendo tu programa hasta concluirlo y no tienes que esperarte 24 semanas para verla, hay quien ve las series de estreno en corridas de un solo día o de tres días de ocho horas; esto genera audiencia intensa y muy fuerte que, a la vez recomienda tu producto a cuánta gente puede. Es un circulo virtuoso en esteroides: fuerte, rápido y reforzado.

Sense8: La receta a nivel global.

Y si el modelo de Casa de Cartas utilizó exitosamente esta metodología de descubrir que quiere el público y luego dárselo exactamente como quiere, en Sense8 lo hicieron en una escala y magnitud sin precedente. De entrada, consiguió que los hermanos Wachowsky (sí, los creadores de las tres películas Matrix) se hiciera cargo de un proyecto cuya historia es consistente con lo que ellos ya nos han contado antes pero con nivel de producción pocas veces visto televisión. Es decir, una reflexión sobre qué es la realidad, con múltiples lecturas en distintas profundidades.

La anécdota de Sense8 es sencilla y complicada a la vez: ocho personas de distintos países del mundo que pueden pensar, sentir y comunicarse telepáticamente con otras siete personas como si estuvieran dentro de su mente o de su cuerpo o de ambos a la vez. Pero a la vez, pueden sentir, o pueden comunicarse con ellos, o pueden ir en el equivalente a un “viaje astral” y presentarse en la realidad del otro sin dejar su espacio físico, o si es necesario, “sustituyendo” a su compañero a la visita de otras personas. Es decir, todos los demás ven al nigeriano, cuándo en realidad está la coreana experta en artes marciales haciendo la pelea por él. O que un mafioso alemán le preste su capacidad de pelea a un actor mexicano acosado por el narcotráfico.

La gran magia de la serie es que toma ocho personajes cuatro hombres y cuatro mujeres de distintos países, y los graba a todos en todas las ciudades a la vez. Entonces, la transexual de San Francisco puede acabar en Nigeria pensando en el problema de la Coreana. Además, entre esos cuatro hay una transexual, un homosexual y casi todos son personajes marginales en sus respectivas sociedades, pero conectados entre si de manera emocional y racional a través de una “colmena” o mente colectiva que conecta a los 8 Sense8.

Sense8: Los personajes

(Spoiler alert: de seguir leyendo, puede deverlarse parte de la trama. Nada directo, pero mucho implciado. Adevertidos.) Entrelazan así historias como la de una mujer coreana, ejecutiva de una empresa internacional pero de carácter estrictamente familiar, que es agredida y limitada por su propia familia porque “es mujer” y la consideran inferior aunque sea la más capaz de todos, así tenga que participar en peleas clandestinas para descargar su molestia, y aunque tenga que afrontar los delitos de su familia en la cárcel. O una mujer en la India que tiene que casarse con su jefe, un hombre rico. por seguir la tradición de los matrimonios arreglados y porque su familia espera el beneficio económico.

O un delincuente alemán que trata de romper con la mafia de su propia familia a la vez que se reivindica en contra de su difunto padre. O un actor mexicano homosexual, pero que ha hecho su carrera basado en la fama de ser un Don Juan y que es extorsionado por el narcotraficante que quiere andar con su novia “pública”. Todos ellos parte de Sense8.

También aparece una mujer transexual que, habiendo nacido hombre en una rica familia conservadora en San Francisco, busca vencer el rechazo de su familia. Hay también una DJ de Islandia que ha hecho carrera en Londres, y un conductor de transporte público en Nigeria que tiene que soportar la presión de bandas y guerrilla rivales en contra de su familia. Agreguen a la mezcla un policía de Chicago que decidió su carrera por darle gusto a su padre casi retirado y prácticamente ausente.

Y en cada una de las historias locales intervienen importantes actores de la televisión o el cine global, por lo que los ocho personajes atienden a las ocho nacionalidades involucradas, a distintos públicos (homosexuales, transexuales, tradicionalistas, radicales…). Se que me dirán que hay dos americanos, pero la DJ representa igual a Inglaterra que a Islandia.

La parte técnica de Sense8

Lo más notable esta serie son la edición alternando locaciones: esto es, que secuencias completas ocurren simultáneamente en Nigeria y en San Francisco; en Corea y en Islandia, y los personajes dialogan entre sí -o pelean con otros- alternando secuencias en las mismas posiciones y con las mismas coreografías pero en dos sedes a la vez, de manera que puedes pasar de una a otra en un giro de cámara. Técnicamente extraordinario y muy bien editado.

También de acuerdo al modelo Netflix y a la tradición Wachowsky, son frecuentes las escenas sin censura de alto contenido sexual que incluyen relaciones hombre-mujer, relaciones hombre-hombre, relaciones mujer-mujer, tercias, masturbaciones simultáneas, e incluso orgías presentadas en un tono como de soft porn y a veces francamente hasta pornográficas, que sin embargo, para el tipo de público al que se dirigen funcionan de manera adecuada y son consistentes con la historia.

Destaca también el esfuerzo en las locaciones: hacer escenas grabadas durante un festival para el dios Ganesh en India; filmar una locación durante el 4 de julio en Chicago; hacer otra durante el desfile del Orgullo Gay en San Francisco o hacer volar un auto en Alemania; conducir algunas escenas de franca poesía sobre el fenómeno de lo que implica ser un ser humano (la secuencia de Sense8 de los nacimientos durante el concierto en Islandia, en que cada personaje recuerda el momento en que nació y cómo fue su nacimiento en el capítulo “10. ¿Qué es ser humano?” es conmovedora hasta la lágrima: extraordinariamente bien lograda).

A mi me dio mucho gusto ver a la Ciudad de México con un actor global en una serie de alto nivel: por ejemplo, ver el perfil de Reforma desde Polanco, o el Museo Dolores Olmedo como la casa del Narcotraficante, la Plaza de Santo Domingo, ver la reconstrucción de la balacera de la entrada del edificio de Matrix en el Centro Cultural Mexico Contemporáneo o  el museo Anahuacali de Diego Rivera como un pretexto ideal para la reflexión sobre el capitalismo, el arte , el amor y el desarrollo del mundo.

Recomendación final sobre Sense8.

Sense8 es s sin duda  una serie fuerte y no recomiendo no verla con niños o adolescentes cerca. Puede escandalizar a muchos, y a otros les parecerá difícil o enredada. No falta quien me ha dicho que “es una porquería”. Pero la verdad es que permite la diversión, la reflexión y un poco de escándalo. Es sin duda  una muestra más de cómo Netflix ha venido a revolucionar la producción de televisión. En otro momento hablaremos de su primera película para cine, porque también en esta idea de innovar y hacer lo que nadie más se atreve están por romper esa barrera.

Si no has probado Netflix te recomiendo hacerlo. Y si ya lo probaste, no dejen de ver Sense8 con las excepciones que les hemos recomendado: tengan cuidado porque no es aptas para todos los gustos  y públicos, y puede llegar a espantar a más de uno con sus escenas y relaciones muy abiertas. Fuera de eso, hay secuencias de alta calidad, hay historias y hay personajes que vale la pena seguir y que te refuerzan la idea de que todos estamos conectados. Yo ya espero con ansias la segunda temporada y me recuerda el célebre mantra “Piensa global, actúa local”, que tiene su mejor bandera en esta serie Sense8.

Pues tras una entrada larga -que pudieron ser 5 distintas-, acá les dejo el trailer. Si ya la vieron, no dejen de comentarnos su opinión en esta entrada. Y si no, ¿qué esperan?

Imagen de hoy Creative Commons License Televisione Streaming via Compfight desde la serie de Netflix Sense8 y trailer oficial de la serie, cortesía de Netflix desde YouTube

4 comentarios

  1. Sense8, una serie buenísima de Netflix como otras, no solo House of Cards, está Orange is the new black, Scream, Daredevil, From dusk till down, Grace & Frankie, Hemlock Grove, Marco Polo…

    • Cierto Karla… Lo notable es que House of Cards y Sense8 son "Series de diseño", generadas por un estudio de tu audiencia… las otras son buenas. Marco Polo es como una respueta a The Tudors: Historia con sexo. Orange is the New Black es sobre mujeres. Y las otras… no las he visto. ¡Saludos y gracias por comentar!

      • Eso es lo genial de esas series, nos están dando lo que queremos ver y por eso están poniendo en jaque a unos que otros. Te recomiendo Grace & Frankie (yo reí mucho), las otras (Scream y Hemlock Grove) son más como género teen screams… Daredevil junto con Jessica Jones (muero porque llegue el 20) son una buena opción para las series basadas en comics.

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