Camello: Caballo diseñado por un comité.

¡Oh, claro! Yo solía tener comités que diseñaban caballos… Bueno, ideas que en el papel lucen magníficas, pero en la realidad eran… mmm… Menos bellas y menos funcionales de lo esperado. Si, pueden ser interesantes a la vista, pero malos para montarse y poco útiles para alcanzar metas. Y es otra de las verdades radicales del libro Radical Careering.

Pero creo que no sólo los procesos de los comités son malos: también algunas selecciones personales que no consideraron los posibles resultados; aquellas que eran el mejor resultado posible en el papel, pero que parece que no encajan en la realidad de la misma manera. O que no eran lo que se esperaba. O cuando en la realidad se alejan mucho de la idea original. Ciertamente, tengo tantos camellos de estos en mi vida, ¡que ya podría establecer una compañia de tours en el desierto del Sahara! Pero creo que no es una falla de la realidad, sino mía. Y tú… ¿Cuántos camellos escondes en tu azotea? (Y no los cigarros Camel, sino esas malas ideas sobre la realidad… Coméntanos alguno.)

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