La semana anterior tuve una discusión con cierta tuitera que festinaba con singular alegría que «su blog volvería a publicarse, porque ya había renegociado su contrato» y, tras unas semanas fuera del aire, volvería a escribir. Le contesté que lo suyo, lo suyo no era ser bloguera, sino periodista. Creo que la diferencia está precisamente en si cobras o no por dar noticias, o si trabajas para una empresa o no. Si alguien escribe un blog para un periódico o revista y este le paga, es periodista y nada más. Hay quienes le dan espacio a blogueros en portales de medios tradicionales para justificar que son plurales o para tener textos con menos rigor y que puedan usar para lanzar chismes en lugar de noticias.
Traigo esta historia a colación porque en el libro de Ken Robinson «The Element» hay una buena reflexión sobre lo que implica ser «amateur» versus «profesional». Amateur viene del latín «amante», y refiere a alguien que hace algo por amor, por el mero hecho de hacer la cosa y no porque sea su trabajo u obtenga una retribución monetaria por ello. Pero también señala que, coloquialmente, se usa el término «amateur» para referir a alguien que no tiene un nivel profesional en su desempeño, sino menor. Paradójicamente, hay amateurs que son mejores en su tarea que muchos profesionales, precisamente porque no les mueve el interés.
Cita que hay una nueva categoría, la «Pro-Am»: el Amateur -que no cobra por un trabajo- con un nivel equivalente o superior al del profesional, pero que no se dedica a cierta tarea para vivir. Es decir, que hace lo que hace porque le gusta, y no porque le de a ganar dinero. Y destaca el caso de Arthur C. Clarke, quien era oficial del ejército británico por trabajo y escritor por afición; propuso que un satélite que girara en torno a la tierra a una velocidad constante e igual a la del planeta podría cubrir con señales satelitales de Televisión o Radio un mismo territorio. Los científicos profesionales se burlaron diciendo que era «un buen cuento de ciencia ficción». Hoy, la Orbita Geoestacionaria Clark es una realidad y la carta en que la propuso está en el museo Smithsoniano del Aire y del Espacio.
Cuando un profesional hace su trabajo por el mero hecho de ganar dinero, estamos frente a un mercenario. Y puede serlo de las armas, del derecho, la medicina o la música. Lo ideal es encontrar a un «amateur» -un amante- del tema de que se trate, y que sea profesional -que viva de hacerlo-. Por lo pronto, este blog no es de periodismo sino blog porque no cobra por hacerlo -aunque sus donativos son bienvenidos, busquen en la columna lateral «invítame un café»- y si, lo confieso: hay intentos por «profesionalizar» nuestra tarea bloguera. Por lo pronto, aumentar la frecuencia, mantener la calidad… y lograr más interacción con ustedes. Y del pago… lo veremos, que como amateurs estamos muy a gusto: disfruto al escribirles y, parafraseando a Vicente Fernández, «mientras ustedes sigan leyendo, nosotros seguiremos escribiendo…» (especialmente si llegan por miles los lectores). Así que… bienvenidos.
Amar lo que haces= ser feliz. Un momento de vacaciones mentales leer este blog.:)