Al leer los ensayos sobre creatividad que Ray Bradbury escribió bajo el título «Zen en el arte de escribir» que comentábamos en la entrada anterior, hay una idea fundamental: el apoyo de sus equipos.
En el caso de él, hay dos personas y una herramienta que siempre lo acompañaron. Empecemos por la herramienta: Ray Bradbury comenta que siempre tenía a la mano un cuaderno de notas, y que muchos de sus cuentos y novelas empezaban con una sola palabra. Tenía listados y listados de palabras como «barranco», «circo», «payasos», «árbol», «libro»… Y que al agregarle una emoción o un adjetivo a cada una se volvían una historia por si mismos. Fácil y sencillo, pero muy complejo. El chiste es que era una semilla.
Al comentarnos sobre su método, solía empezar a escribir en la mañana tras desayunar, y no paraba hasta lograr al menos 1,000 palabras o al completar un cuento. Entonces, dejaba de hacerlo. Pero lo hacía el lunes, y lo reescribía desde cero el martes, y el miércoles hacía una tercera versión sin editar lo previo, y el jueves, y el viernes y el sábado… Lo que obtenía el sábado era el cuento terminado. En la sexta versión. Y el domingo descansaba. En realidad, reabría su cuaderno de notas y empezaba a pensar la idea de la siguiente semana. Así, por treinta años ininterrumpidos.
En su equipo había dos personas claves: su esposa y su agente. Curiosamente, el mismo año en que se casó contrató a su agente. En un ensayo escrito a las tres décadas del hecho señala que no habría logrado lo que logró si alguna de esas dos personas no estuvieran en su vida, y que jamás pensó en cambiar a ninguno de los dos.
Su esposa, además de criticar y editar sus trabajos, los pasaba en limpio sin errores. Era su «mecanógrafa oficial» además de musa y revisora. Y su agente, además de vender sus historias, le sugería qué temas se iban a poner de moda para que empezara a trabajar en ellos desde antes. Es decir, le guiaba y le vendía lo que hacía.
Como se dan cuenta, se requiere de un equipo amplio y una metodología conocida. Yo por eso agradezco a mi equipo de apoyo, y si esto fuera un poco más lucrativo, me encantaría tenerlos de tiempo completo. Uno solo no puede. Pero hay más en el éxito de Bradbury: la actitud Zen, de la que hablaremos mañana.
Imagen de hoy Missouri National Guard via Compfight
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