Hay un autor cuyo nombre no puedo abreviar. Cuándo toca hablar del creador de Sherlock Holmes, tengo que usar su nombre completo. Sir Arthur Conan Doyle. Me es difícil pensar en él en forma más abreviada. por lo menos la primera vez que se menciona. Luego puede ser Conan Doyle. Sin duda, al ser el primer autor del que leí sus obras completas en otro idioma, dejó una huella imborrable. Y más porque se trata de un personaje que posee dos rasgos que intento seguir: observar y razonar.
Cabe destacar algo: la famosa frase «elemental, mi querido Watson» no aparece en las novelas, sino que es una incorporación de la primera vez que se lleva el personaje al cine. Eso y su lupa, que si utiliza alguna vez en las novelas, pero no es herramienta de trabajo que lleve en todo momento.
Debo confesar que una de las primeras colecciones literarias que compré con mi propio trabajo en otro idioma, fue una antología facsimilar de todas las obras de Conan Doyle. (Acá la historia). Doce volúmenes que, el día que llegaron en el correo, me hicieron muy feliz.
También les confieso que, la vez que pude visitar Londres, una de las paradas del viaje fue en el restaurante Simpson’s-in-The Strand en el Hotel Savoy. Una de las atracciones del lugar es el ajedrez con el que solía jugar Conan Doyle.
Frases de Arthur Conan Doyle.
Así que, sin más ni más, acá les dejo las postales que hicimos con las frases famosas de Conan Doyle.
Quien quiera tener ventaja en el mundo, que empiece por observar lo que nadie más observa. Puede ser un pequeño detalle o una gran cosa que, de tan obvia y grande, nadie ve. Es un primer paso para tener grandes ventajas.
¿Qué les digo? Eso es cierto y muchos lo hemos vivido. Del primer amor. Del amor imposible. De la ruptura aquella que, en verdad, te dejó todo dañado. Esos fantasmas son los peores.
¿Saben cuándo me duele más decir la verdad? Cuándo es cierta, pero inverosímil. Cuándo pasan cosas que no parecen normales, pero suceden. Y entonces las cuentas y no te creen. (Por cierto, la foto se supone que es en la «casa» de Sherlock Holmes: 221B Bakery Street).
Sí: hay verdades que duelen mucho. Que te dejan dolorido, lastimado… Pero, como en el caso de Otelo, es mejor saber la verdad que crearla a partir de indicios imprecisos pero verosímiles.
En la actualidad, en estos tiempos de Fake News y de imprecisiones, así como del sesgo reforzatorio -tendemos a leer y ver lo que más se acerca a lo que solemos creer-, solemos teorizar antes de tener datos. Y eso es un grave error, en la ciencia y en la vida.
Imagen de hoy: Sherlock Holmes Museum por shining.darkness y postales por @Gjsuap.