Atreverte implica romper… dicen.

AtreverteNo siempre es fácil. Pero es la regla. Tienes que atreverte a hacer algo poco convencional, si quieres resultados distintos. Aunque no es fácil. Aunque te de miedo. A pesar de que implique un riesgo importante. Hay que hacerlo.

Hace poco alguien me preguntó por qué no avanzó cierto proyecto. «Llovieron amenazas. No fue fácil. Era complicado. Se retiraron los donantes y los apoyos». Mi interlocutor dijo: «Pues obvio… Era arriesgado. Por eso era novedoso. Era complicado. Por eso tenía mérito. Ibas corriendo al acantilado. Excepto porque, si tenías velocidad suficiente, iba a despegar a niveles que no te habías imaginado». Y sí, tiene razón. Al menos, alcancé a frenar el avión antes de despistarme al acantilado. Pero no despegó. Y hoy, lo único que ha pasado es el tiempo, dejándome menos oportunidad para acabar el proyecto. Eso, sin contar, que ya no es tan oportuno ahora. Aún sirve, pero no igual.

Claro que es parte del riesgo. Alguna vez comenté que parte del mérito de Carlos Slim es que «tiene dinero para perder». Si puede meterle 10 millones a un proyecto, sabiendo que «lo puede perder todo», no le acongoja. Tiene suficiente para asumir esa pérdida. Por eso, el 90% de sus negocios son exitosos. Algunos, altamente exitosos. Porque puede diluir la pérdida de un proyecto fallido entre ocho ganadores y uno rompe récords. En cambio, quienes tememos perder $900, no tenemos los $900 gratis que regala Gmail por hacerles la compra.

Atreverte nunca es fácil

Hace poco tuve una charla con una querida mujer muy importante en mi vida -quien, por cierto, hoy cumple años-. Y me planteó en persona algo que ya me había dicho en línea varias veces. Obvio, se topó con mi «no» más común que de costumbre. Su idea es arriesgada. Pero poco a poco fuimos construyendo una opción que resume su idea, le baja al riesgo y puede ser un éxito.

Y junto a eso, me encontré varias situaciones en las que puede suceder lo mismo: tal vez no esté listo para arriesgarme totalmente. Estoy, acaso, viendo las señales incorrectas. Pero… tal vez puedo tomar una solución parcial, un avance acotado. Y es posible que eso baste. No hacer todo de un jalón, pero tampoco quedarme inactivo. Tener certeza, pues. Porque atreverte nunca es fácil, pero no hacerlo te deja en dónde estás. Pero más viejo.

Ya lo decíamos cuándo les comenté sobre Moisés y el Mar Rojo… el mar se abrió no cuándo Moisés levantó su bastón, sino cuándo el primer israelita que tenia el agua al cuello siguió caminando, plenamente convencido que el mar se abriría. Cuándo su confianza y certeza fue mayor que su miedo.

Así que… tal vez deba hacerle caso a mi querida Mema y hacer lo que dice que debo hacer, aunque no esté del todo seguro y tema que puedo romper muchas más cosas de esas que dan miedo fracturar. Pero, al final… atreverte implica romper. Y sí, tal vez rompa cosas que ya no sirven. O que no podrán volver a ser lo que eran. Que funcionan, pero no del todo bien. En fin. Es cosa… de intentarlo.

Imagen de hoy Bien Stephenson 

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