Ayudando avanzas tú
La semana anterior vi una aplicación práctica de un viejo consejo. Es sentido común para muchos, pero a veces se nos olvida que ayudando avanzas tú. En efecto, al hacer cosas buenas por los demás acabas descubriendo cosas nuevas para ti.
Primer ejemplo: a uno de mis socios -por no decir clientes- le terminé un proyecto en el que llevábamos seis meses trabajando. No era precisamente una tarea prioritaria para ninguno de los dos. Pero sin duda era importante. A final de cuentas, la terminamos. Pueden ver de qué se trata en el sitio Santisbon.com
Lo importante es que, a medida que encontraba y vencía obstáculos para ese proyecto, descubrí cosas que tenían detenidos mis propios libros. Y con las soluciones que encontré para él, pude también resolver mis pendientes. Así, ya está disponible en Amazon «El Tesoro de Cuauhtémoc» impreso y «Escribe Hoy» desde Createspace, lo que permite distribuirlo a universidades y librerías físicas en todo Estados Unidos.
Segundo ejemplo: Buscando unos cambios para el blog de mi amiga Mónica Moreno, «una mujer como todas«, encontré cosas que le están fallando a Dichos y Bichos. Así que muy pronto haré los ajustes necesarios para que no padezcan por mis «herrores» en este sitio.
Tercer ejemplo, buscando documentar una solución para otro cliente, me encontré una herramienta que permite crear videos a partir de textos. Y pude hacer unos sobre El tesoro de Cuauhtémoc y sobre #Calexit Creo que quedaron bien y han atraído más lectores hacia el primer adelanto de la novela.
Podría poner más ejemplos de cosas que se juntaron en la semana de cómo al ayudar a otros mejoraron mis propios pendientes. Pero creo que la idea está clara y es cosa de seguir el consejo. Espero que les funcione y no dejen de comentarnos si observan algo así.
Ayudando a otros avanzas tú.
Esa es la clave para vivir la vida y lograr cosas: no detenerse. A veces rápido, a veces lento… pero no detenerse. No lo olvides.
Descubre cosas a detalle. Preparando esa postal, me pasó tres veces en el día: cosas tan cotidianas que había dejado de observar me mostraron que tienen más facetas que las conocidas.
Alguien me dijo que «no le entendió». Va: los descubrimientos ocurren cuándo haces las cosas de manera diferente a la que siempre haces. Y ¿Cómo sabrás si tienes que regresar o seguir buscando? Sólo sabrás al hacer, no antes.
Hay momentos en que parece que nadie te apoyará. Que tus ideas están condenadas al fracaso. Pero es normal: Edison falló 10,000 veces antes de encontrar el filamento adecuado para hacer funcionar el foco. Así que… Cree en ti y sigue adelante.
Fue una semana complicada; muchos momentos de asumir que las cubetadas de agua fría no cesarían. Pero de algo quedé convencido: yo no me rendiré ni dejaré de creer. Adelante.
Ya lo expliqué en el texto introductorio: al menos tres veces esta semana, al hacer algo por ayudar a los demás, terminé mejorando mis propios proyectos. Nada mal.
Tal vez lo mejor es no saber un secreto. Lo segundo mejor es no decir que se sabe. Se supone que eso ayudará a mantenerlo secreto… Aunque luego te enteres de que «alguien más» contó lo que celosamente has guardado… y todos conocen ahora.
Un pilón.
Va. Les dije que había videos nuevos. Están las ligas arriba. Pero… Ya que están aquí ¿Por qué no se los ofrezco directamente? Aquí, el de El Tesoro de Cuauhtémoc, que ya pueden comprar como libro impreso en Amazon. Y el de #Calexit pueden verlo haciendo click en la liga. ¿Me ayudan compartiéndolos?
Imagen de hoy: 
143d ESC via Compfight y postales y videos por @gjsuap
