Entre 1880 y 1884 fue presidente de México un tal Manuel González. General liberal, apoyó dos levantamientos que apoyaban el lema «sufragio efectivo, no reelección». Ambos fueron iniciadas por otro general, también liberal, que se opuso a los presidentes Juárez y Lerdo de Tejada cuando intentaron reelegirse utilizando todos los recursos del Estado, legales e ilegales, para lograrlo. Pero además el líder de ambos movimientos era su compadre. Y así es como Porfirio Díaz llegó a presidente entre 1876 y 1880, e hizo candidato a su compadre González para sucederlo, a pesar de que iba en cuarto lugar en las preferencias. Ganó con 90% de los votos.
Manuel González era dueño de la hacienda de Chapingo, en la que hoy está la Universidad de Chapingo. Y allí llegó a visitarlo su compadre Díaz a principio de 1884. Al inicio de su cuatrienio el expresidente Díaz fungió como Ministro de Fomento, lo que hoy llamaríamos Economía, pero duró menos de un año en el cargo. En parte, para no hacerle sombra a su compadre. En parte, para disfrutar el retiro. Prinicipalísimamente, para no compartir el desprestigio que su compadre estaba recibiendo ante una gestión de mediocre a mala, mala fama azuzada según se dice por el propio Díaz, temeroso de que quisiera reelegirse.
Encerrados en una habitación que hacía las veces de despacho presidencial en la Hacienda, Porfirio Díaz dijo a su compadre el presidente González que era tiempo de ir buscando un candidato a la presidencia, «porque yo no estoy interesado en la reelección». Acto seguido Manuel se paró como loco, abriendo cajones de escritorios, puertas de los libreros y aramarios, y tirando las cosas al piso, en un frenesí de busqueda imparable. Díaz le pregunto: «Compadre, ¿qué le pasa, que está haciendo?» a lo que contestó Don Manuel «Buscando un pendejo que se la crea, compadre…»
Al final, suponemos que no lo encontró porque Díaz no volvió a tener rival para su reelección hasta 1910, cuando un tal Francisco I. Madero se opuso a una séptima reelección del caudillo. «Sufragio Efectivo, No reelección» fue el lema que, autorado por Díaz, citó Madero como base de su movimiento. Pero no era maderista… sólo era una petición de congruencia hacia Díaz.