Constancia y Trabajo son dos hermanas que a todos nos gusta ver… de lejos. Sabemos que son parte de la receta para el éxito de muchas personas. Si, a veces la suerte también juega su rol, pero no suele durar mucho si no se le acompaña de Constancia y Trabajo. Y si, pueden verse muy feas -como en la foto que acompaña esta entrada- o incluso aparecer como algo interesante. Pero suelen molestarnos.
Aunque muchas veces vemos -o escuchamos- casos de éxito que se basan en ellos. «¡Es un pendejo pero es millonario!» escuché hace poco en un comentario. Al ver la anécdota, es alguien que hace negocios que le dejan apenas unos centavos de utilidad por unidad vendida. Pero el «pendejo» de marras lo ha hecho diario durante muchos años, Y cuándo acumulas unos pocos centavos de utilidad por miles de unidades vendidas… si, es millonario. Y todo por Constancia.
Constancia: El gran ejemplo
Sin duda cuándo pienso en constancia, Tomás Alba Edison es el ejemplo a seguir: inventar la bombilla eléctrica «solo» le costó 10,000 intentos fallidos. En otras condiciones, con mucho menos que eso nos hubiéramos rendido varios de nosotros. A veces para desalentar a un vendedor o proveedor basta con decirle tres veces que no… y listo, desaparece de golpe.
Incluso en la Biblia San Pedro le pregunta a Jesús cuántas veces debe perdonar. «¿Hasta siete veces?», dice queriendo aparecer como muy generoso. Pero el Maestro le dice: «Hasta setenta veces siete». Es decir, siempre. Porque para que una conducta desagradable se repita 490 oportunidades y no hagas nada… hay que ser muy paciente. O muy constante.
Así que la constancia es una de las cosas que debes tener y mantener para tener éxito. No quiero espantarlos, pero alguien que ha terminado una carrera profesional ha pasado aproximadamente unas 3,800 jornadas escolares (200 días por año durante diecinueve años) lo que equivale a unas 15,200 horas como mínimo. Por eso menos del 2% de la población termina una carrera profesional según algunos conteos: les falta constancia.
Trabajo, el complemento a la constancia.
Pero la constancia no logra por si mismas las cosas: se requiere trabajo. Conozco algunos que tienen una constancia digna de mejores causas para no perderse Los Simpson -los han visto todos los días durante 24 años- o para no faltar al billar, pero son incapaces de sudar una hora en una labor concreta.
Y una de las mejores maneras de trabajar es, precisamente, no rendirse: me enteré que a los 64 años de edad el coronel Sanders había pasado por muchos trabajos y no había podido mantenerse mucho tiempo en ninguno de los últimos; desesperado por no poder obtener un trabajo lanzó «Kentucky Fried Chicken», usando freidoras desechadas por el Ejército que compró como chatarra y añadiendo «especias» -las de la receta secreta- al empanizado, lo que hizo destacar su producto respecto a los de sus competidores.
Recientemente mi amigo y coautor
Cuento todo esto porque, aparentemente, con trabajo y constancia este mes duplicaremos las ventas del mes anterior en Amazon. Digo, no es aún como para vivir de ello, pero ver que de un mes al siguiente ganas el doble, la cosa va mejorando.
También estoy a punto de lograr algo muy importante en mis proyectos, que ya les contaré más adelante. Eso sin contar que me han buscado de India y Rusia para hacer proyectos conjuntos -no, ninguno involucra a un príncipe nigeriano ni a una viuda inglesa-. Eso puede ayudar por lo menos a subir la autoestima… Y ya veremos si a traducirse a más éxito.
En resumen
No le teman al trabajo y a la constancia… No si quieren tener éxito. No es fácil, pero es necesario. Así que… adelante y no dejes de esforzarte. Es la clave del éxito. Y me gustaría que me cuentes en los comentarios algún caso de éxito que hayas pasado en tu vida en el que no rendirte y seguir trabajando fue la causa de tus posteriores logros.
Imagen de hoy Tiger Icecold via Compfight