En la entrada de ayer un término que llamó mucho la atención sin duda fue el de Crowdsourcing. Algunos me preguntaron que qué era eso, que con qué se come. Y otros preguntaron porque insistimos en usar términos en inglés en lugar de buscar una traducción adecuada, así que en esta entrada trataré de explicarles en qué consiste, cuál es la lógica detrás de ese proceso y porque no tiene traducción directa al español.
La verdad es que muchas ocasiones intentamos hacer las cosas solos, ya sea por nuestras habilidades y talentos, Lo cual puede ser muy positivo en trabajos individuales. Pero las más de las veces la solución es mejor cuando se tiene un grupo que actúa junto, decide y participa en equipo; lo que se le escapa a uno a otro se le ocurre. El error que uno no ve otro puede notarlo. La idea genial que tiene una persona puede complementarse bien con algún aspecto que sugiere otra. Trabajar en equipo, bajo ciertas condiciones, puede ser muy positivo.
Es por eso que algunos proyectos, empezados en el tiempo libre que dan las empresas a sus empleados dentro de las instalaciones, o con el tiempo libre que las personas tienen para sí, hacen que lo que parecía un hobby una ocupación a tiempo completo. Con esta visión de colaborar en los tiempos libres, el sistema operativo abierto LINUX creció rápida y fuertemente. Una serie de programadores, donando su tiempo libre, trabajaban en este código por las tardes o por las noches, o los fines de semana. Como era de todos, y no era de nadie, todos se sentían con el ánimo de compartir: nadie ganaría dinero por su trabajo, el beneficio sería social, no recibirían una paga, Sino un reconocimiento público de sus pares… y esa satisfacción basta.
Otro ejemplo es el sistema GPS, que empezaron a desarrollar «como hobby» algunos investigadores que querían saber dónde estaba el primer satélite Sputnik I, y de localizar un objeto en el espacio triangulando su posición desde la tierra, se pensó que también podría desarrollarse «al revés» y localizar un punto fijo triangulando su posición desde el espacio.
A partir esta idea de que la comunidad puede construir y crear cosas nuevas, con más facilidad y rapidez que un individuo, y mucho más barato y eficiente que si lo hiciera una empresa, ya que usan los tiempos muertos o los desperdicios, se creó el concepto de que la comunidad es la que colabora para lograr algo.
Hay como tres grandes grupos de «multitudes en acción»: el Crowdfunding, el Crowdproyect y el Crowdsourcing. En el primer caso, un grupo decide financiar un proyecto, para lo cual cada persona dona un poco de dinero. Las aportaciones, aunque sean pequeñas, se hacen por una multitud, por lo que monto acumulado es grande, lo suficiente para fondear el proyecto o por lo menos una parte del mismo. Los donadores reciben algún extra, ya sea un crédito como donantes, una versión especial del producto o asistencia privilegiada a su presentación. El proponente recibe el financiamiento para su proyecto. Buen ejemplo de esto en México es el sitio Fondeadora.mx
En el caso de un crowdproyect, alguien pone un proyecto, las reglas para hacerlo, y los voluntarios donan trabajo hasta lograr su conclusión. Puede ser algo tan sencillo como pintar una acera O tan complicado como desarrollar un software. Lo relevante es que entre todos juntos se hace siguiendo un plan preestablecido.
Una pequeña ventaja es que con la llegada de las computadoras personales y los hogares siempre conectados, es posible trabajar a ratitos, a la distancia, fraccionando un proyecto y haciéndolo fuera del entorno de oficina. Y eso facilita su realización.
En el caso que hablábamos ayer, el del crowdsourcing, lo que ocurre es que entre todos aportamos datos, citas, documentación Y material para el libro que está escribiendo el autor. Esto hace que el libro se escriba más rápido, con más profundidad y menos errores. Y, tal cual como comentábamos ayer en el proyecto de Denise Wakeman, todos ganamos un poco. Por eso nos interesa participar.
Y respecto al hecho de porque no hay traducción al español, porque las que existen como «Echarle montón»,»Trabajo comunitario» o «Tequio» u otras expresiones similares tienen una fuerte carga de tradición, apoyo social, y a términos indígenas. Lo cual está bastante lejos de la tecnología pero nos demuestra que nuestro pueblo usa estas técnicas de cooperación para un resultado desde hace siglos. Y que podríamos continuar siéndolas con mucho más éxito del que hasta ahora tenemos. Solo hacen falta líderes que organicen la multitud… sabiendo que podrán no tener ni paga, ni reconocimiento, ni aplauso. Nada fácil… pero vale la pena intentarlo.