Tal vez ya te enteraste si me sigues en redes sociales: fui una víctima más de los celulares robados. Literalmente, me bolsearon en el Metrobús, en una acción concertada de personas a las que «no dejaba salir», pero que tenían pleno espacio para hacerlo. Me empujaron y casi me tiran, y al momento de reponerme, he aquí la sorpresa: no estaba el celular.
En esto de los celulares extraviados o robados no soy precisamente novato. Ya alguna vez «fallé» al embolsarlo en el saco, y a consecuencia de ello se cayó y se perdió. Otras veces algún accidente -incluyendo una caída al inodoro- me han obligado a reponer equipos. Computadoras y tabletas se han unido a los celulares robados… incluso a pesar de que estaban rotos- (como les conté en iCrash hace algunos años).
De celulares robados…
El problema es tan generalizado que, ahora que fui al centro de servicio a comprar otro aparato, me enteré que ya ofrecen un «seguro contra daño o robo»: por una cuota mensual de entre 99 y 299 pesos -dependiendo el precio del equipo- y que te ofrece reponer el aparato. A condición, claro, de pagar un deducible de 25% en caso de daño y de 40% en caso de robo. Total, el precio y el riesgo no lo valen: no tomé el seguro.
Una de las ventajas que me enteré ahora que viví el trance de ser uno más de los usuarios de celulares robados es que, en adición a suspender la línea -lo que logré en cosa de minutos después del robo- puedes bloquear totalmente el equipo. 24 horas después del reporte, el celular queda totalmente inhabilitado para la red de mi operador y 48 horas después en todo el país. O sea que quien se lo robó o quien lo compre posteriormente tendrá una buena cámara, reproductor MP3 y consola de juegos… pero no un teléfono. Y con todas las alertas diarias, ya deben estar locos. Entre 5:30 y 7:15, tengo 8 alarmas distintas programadas, algunas hasta con 3 repeticiones cada 5 minutos.. No hemos llegado tarde a la escuela ni un solo día este ciclo escolar… pero si suena a cada rato.
El trámite es muy sencillo: si tienen el IMEI (un número de identificación único) basta reportarlo a su operador. Y en mi caso concreto, a través del mismo portal de Telcel se hizo el reporte de bloqueo del IMEI. En el hipotético caso de que recupere el aparato, con un trámite personal en centro de servicio, podría recuperarlo. Eso si llevo el aparato, la factura original y mi identificación. Al menos dos no los tengo, por lo que debo considerar perdido el aparato para siempre.
Así pasa en la modernidad: tuve que reponer el equipo por uno con menos capacidades y atributos que el perdido. Ni modo, hay que adaptarse y, como dice el Buda en sus nobles verdades, practicar el desapego. Lamento la pérdida de algunos datos que tenía allí y sin respaldo. Para todo lo demás, es cosa de sincronizar de nuevo las cuentas y listo: contactos y direcciones están actualizadas.
… y sueños perdidos.
Lo peor de ser parte de las estadísticas de celulares robados es las tareas que se complicaron: iba en camino a una junta para un importante proyecto personal. Pospuesto. Estaba en dos pláticas importantes que se interrumpieron de golpe, haciéndole creer a mis interlocutores que ya no quería hablar -cuándo fue un mero accidente-. Lo peor: esperaba dos llamadas muy importantes que no pudieron lograrse entre la pérdida del aparato y el momento en que la nueva línea estaba lista para operar.
Más que el celular, eran esos sueños perdidos los que más me preocupaban. Uno ya quedó listo y resuelto, aunque con las dificultades propias del «te llamamos pero no contestabas, por lo que asumimos que no querías nada y….»
Les contaré detalles la siguiente semana, pero lo más importante: Se confirmó la invitación que me hizo Amazon a presentarme en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, como uno de los autores KDP más exitosos del país. La cita es en el Stand de Amazon, el 4 de diciembre a las 11:30 horas. Está en el área internacional, II-7 entre Avenida Cronistas y Ensayistas. Acá hay más detalles de todas las actividades de #KindleContigo. Participo en la mesa «Autores KDP. El potencial de «no ficción» en México». Después de la presentación formal, estaremos en el stand otro rato para platicar con ustedes. De los sueños perdidios, ese fue encontrado. Veremos cuántos más logro reponer con la facilidad con la que ocurrió el cambio de aparato.
Por cierto, si van al stand no dejen de llevar su ejemplar impreso de Clara Sandra solía soñar para autografiarlo (si lo piden antes del martes, llega a tiempo). Además, tendré promoción en libros electrónicos ese día y presentaré un libro nuevo. ¡Nos vemos en la FIL!