Estos días he andado desentonado, como lo han notado en algunas de las entradas recientes. Como todo en la vida, hay momentos de rutina y momentos de cambios rápidos. Pero también hay esos días en que no queda claro qué tipo de momento es. No son estrictamente rutinarios, pero tampoco de cambios duros.
Eso, a su vez, lleva a que ni siquiera puedas resolver los pendientes. ¿Para qué, si en cosa de días todo cambia? ¿Por que no, si el mundo no se ha cerrado? ¿Y si pierdes más tiempo, ¿qué de grave puede pasar?
Desentonado: fuera de tono
Una de las acepciones del término «desentonado» es estar fuera de tono. Cómo cuándo cantas una canción desafinado. Todos detectan que algo está mal, aunque no tengan conocimientos musicales a detalle.
Sabes que las cosas no están correctas y notas que los demás lo intuyen. Pero nada está del todo claro: sí, algo está fuera de tono. No puedes hacer gran cosa para cambiarlo. Porque ni siquiera tienes claridad para ello.
No es grave, además. Así que ¿para qué padecer por algo que no puedes saber bien a bien? Espera y ensaya. Esa es la solución.
Desentonado: falto de fuerza
También puede suceder que el término se refiera a la falta de fuerza. Como dicen los médicos de un músculo que no logra tensar adecuadamente ni regresar al reposo de manera adecuada: está desentonado.
Si. Eso sucede cuándo las cosas más importantes para ti dejan de estar allí. Lo veías venir… pero no lo esperas. Se los dije la semana pasada también en Saber llegar a la meta nunca es fácil. Es parte del problema.
Sé que los textos de los últimos días tienen esa mezcla de misterio e intrascendencia. Como que «escribo por escribir», sin un mensaje claro. Pero créanme: para mi y para quienes el tema importa, el motivo está allí y es visible. Otros me han dicho: «pues te leí y no entendí nada. ¿Cuál es el punto?». Tal vez en esta ocasión es que ni siquiera estoy claro de si hay un destino final.
En resumen
Sea lo que sea… estar fuera de tono o carecer de fuerza, este período de vivir desentonado está por terminar. Sea porque vienen cambios radicales o porque caeremos a una nueva rutina, ya se acaba.
O, simplemente, porque se va abril y con él, una manera de asignar tiempos y prioridades. Mayo será otra cosa, haya o no nuevas circunstancias. Veremos. Estén atentos, disculpen si sonamos raros… y gracias por estar y leer.
Imagen de hoy: Bufandas acrílicas de Agata Olek por See-ming Lee (SML)