Sin duda, un elemento que ayuda a vencer ese “síndrome del impostor” del que les hablé en la entrada anterior, es tener en mente los principios del estoicismo en la vida diaria. Esa corriente de pensamiento, muy vigente en la Roma imperial, tiene mucho de utilidad para estos tiempos de estrés y descontrol constante.
Creo que cuándo tenía 12 o 13 años de edad, llegó a mi cuarto la primera frase célebre de Séneca, uno de los pensadores estoicos más relevantes. “No hay viento favorable para el que no sabe a dónde va”. Y sí: teniendo eso en cuenta para definir mis metas más importantes, ese lema me guió por la secundaria y la preparatoria, y me hizo llegar, becado, a uno de los principales institutos tecnológicos del país.
Tal vez por eso la imagen de hoy me hizo mucho sentido: No solo es un barco de vela, sino que está en el puerto del lago Séneca, en EE. UU. Nada mal para recordar esa anécdota, cuándo pensaba cómo abordaría el tema con Ustedes en este texto.
Estoicismo cotidiano
Curiosamente, esa no es la única frase estoica que tengo presente. Ya lo decíamos en una vieja entrada, de esas que nos tocaron como parte de la pandemia, Desinspiración, ese mal de estos tiempos: Un principio estoico es recordar que “esto también pasará”. Sea muy bueno o muy malo; sea que nos agobie o nos asfixie. Todo pasará.
Pero más adelante (tal vez a raíz de esa entrada, o un poco antes) mi buen amigo José Luis Santisbón me regaló un e-book. Me gustó tanto que busqué la versión impresa. Y desde octubre de 2022 está en mi buró y es de mis primeras tareas en el día: Leer estoicismo cotidiano, de Ryan Holiday. Y luego pasar a completar una reflexión en la agenda del diario para estoicos. Que, como ya voy en la segunda vuelta, ahora adapté a un cuaderno independiente (para no comprar otro ejemplar: ya salió de catálogo y está entre caro y entre previamente lleno).
Debo confesar que, tal como señalé en la entrada anterior, hay veces que anoto tareas en la lista y no las hago. Pero tampoco las borro. Mi primera agenda tiene muchas páginas en blanco. Pero son más las llenas. Y la estoy haciendo nuevamente.
Una forma de vivir
Más allá de leer unas páginas o escribir unos renglones, la tarea clave del estoicismo es la misma: tener siempre presente que no podemos cambiar nuestras circunstancias, pero sí podemos modificar nuestras respuestas a esas circunstancias. No puedo evitar que se me cierre alguien en el carro; si puedo evitar emparejarme con él, mentarle la madre con el claxon y terminar en un concurso de cerrones que acabará en colisión o derrota.
No puedo evitar que el trabajo me abrume y domine mi tiempo; ni hacer que las redes sean más amables y pacíficas. Ni siquiera puedo forzarlos a que lean el texto o que opinen del mismo. Sí puedo tratar de hacer el mejor texto posible. Y, lo demás, dependerá de Ustedes y está fuera de mi alcance: Si lo leen, si les gusta, si lo comparten… O si llegan a esta línea diciendo: “pero qué pérdida de tiempo. No lo vuelvo a leer. Bueno, tal vez una más”.
Como sea, yo haré estoicamente mi parte para que esto avance. Seguiré escribiendo, intentaré combatir mi “síndrome del impostor” y, hoy también, podré poner una marca de tarea terminada en escribir el blog una vez más. Así, poco a poco, con el rumbo definido, sabré a dónde ir: a tener una mejor comunidad.
Imagen de hoy: Carol Bell en Pexels.com. Las ligas a Amazon NO son de afiliado, por lo que si compran alguna de las recomendaciones NO obtengo comisión. De cualquier modo, son de productos que recomiendo porque los uso y no por un incentivo económico. Conste.
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Leo 3 entradas seguidas y ya completé las que van en el año…. No siempre hay tiempo….
Reitero el saludo Gonzo