Ha empezado una etapa nueva en mi vida y en la de mi familia. Hay veces que los planes no son como lo esperabas, y las cosas tienen que ajustarse un poco. Pues bien, las dos últimas semanas las dedicamos a esos ajustes y parece que, al fin, está concluído ese ajuste.
Esto implicará varias cosas: cambiar ciertas rutinas, disponer de menos tiempo juntos, cambiar nuestros hábitos -por ejemplo, dejar de comer diario en casa y hacerlo en la calle al menos tres días por semana-.
Pero también de aceptar las nuevas realidades y adaptarse a ellas. Si, no es lo que habíamos planeado. Pero definitivamente es mejor a dejar que los problemas crezcan más y se vuelvan irresolubles. No será fácil. Pero estamos en marcha.
Y para los que temen lo peor, no: simplemente cambiamos de casa. Una un poco más lejos de las actividades regulares -como la escuela y las clases extra- y más pequeña que la anterior. Por ello, fue una etapa de ajustes y cambios que me tuvieron tanto lejos de redes y del blog, como muy distante y «misterioso». Bueno, pues es una etapa nueva y estoy listo para ella.
Etapa de cambios
Definitivamente el cambio de casa no me mató. Y tal vez me haga más fuerte andando el tiempo. Pero ¡ah, como cansa!
No en la casa en que vivimos por más de dos años y que fungió como mi estudio y oficina además. Pero amaneció otro día. Así que… ¡A seguir luchando!
Y si: en estos días en que pude compartir «Escribe Hoy» en diversas universidades y empiezo a ver los resultados entre los asistentes, veo con esperanza el futuro. Veremos lo que sigue.
Así que actuemos. Desde sacar cosas que no servían o que si servían pero no caben en la nueva casa -practicar el desapego, pues- hasta replantear hábitos. Podemos ser felices en menos espacio.
Más que nada, el cambio nos traerá distintos resultados y adaptaciones. De antemano, agradecemos lo que venga y la solidaridad de mis amigos. Mil gracias a todos los que apoyaron.
Y nos convertimos en una familia más unida, que toma decisiones en conjunto. Desde como iluminar los espacios hasta cómo compartir un closet -después de años de tener uno para cada quien-.
En fin. Tenía miedo de cambiar de casa, salir de la rutina y rendirme. Pero creo que fue una buena decisión. Complicada, difícil… pero, al final, buena.
Así que, como les prometí, ya les dije por qué estábamos tan extraños y ausentes. Nos faltan muchos detalles para poder hacer un «open house» en forma… y creo que tendrá que ser de uno en uno, o no cabremos. Como sea, estoy listo para la nueva etapa en mi vida.
Imagen de hoy: andre dos santos via Compfight y postales por @gjsuap
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