Con gran gusto y emoción recibí la invitación de mi editorial, Amazon -la que me ha publicado en formatos físicos a través de CreateSpace y en formato digital a través de su sello KDP– para participar como autor en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL Guadalajara) el próximo viernes 4 de diciembre en punto de las 11:30 horas en su stand del área internacional, como parte del programa #KindleContigo. La idea es hablar con autores interesados en unirse a nuestro sello con el tema «El potencial de no ficción en México».
Con seis libros publicados, cinco de ellos de no ficción, he podido probar con esta editorial, y la verdad estoy satisfecho. Creo que hay mucho potencial de crecimiento, tanto por los costos de entrega de formatos físicos -que bajarán ahora que Amazon tiene tienda en México- como por la falta de difusión de los lectores Kindle en el mercado nacional, lo que también se va a modificar muy pronto.
Mi mundo antes de la FIL Guadalajara.
La Feria Internacional del Libro FIL Guadalajara es el evento más importante de su tipo en el mundo de habla hispana. En la edición anterior se congregaron casi 2,000 editoriales y llegaron 750,000 visitantes en la semana que duró el evento. En esta ocasión el invitado especial es Reino Unido.
Solo una vez en la vida había asistido a la FIL Guadalajara: Precisamente el 1 de diciembre de 2012 estaba allí. La noche anterior había participado como comentarista en la presentación de un libro… que no fue la ideal: Literalmente, estábamos en el último salón de un área aislada, en la última hora disponible. En la entrada del pasillo había un evento con los célebres moneros tapatíos Jis y Trino, por lo que el poco público que iba con nosotros se «atoró» allí. Y si bien no estuvo vacío, ver un salón a medias no es lo que esperas de un evento en la FIL Guadalajara. Pero bueno, así pasa.
Y caminando con toda calma los pasillos -y gastando más de $2,000 en libros para regalar, en un texto autografiado por una autora y un par de ediciones que me interesaron- me hice el propósito de regresar alguna vez en la vida, ahora como autor y no como comentarista, y con un poco más de público. Y, más importante, ir en función de mi trabajo como autor y no por cargos o delegaciones -en realidad mi jefe tuvo que cancelar en el evento de 2012, y me mandaron casi «por accidente»; de hecho, debí quedarme otro día porque no había vuelos de regreso el mismo día-.
Torturas de editoriales.
La verdad es que en la última década he estado cerca del mundo editorial, pero no de manera profesional o consistente. Desde la escritura de mi primer libro he padecido al menos tres difíciles episodios con editoriales.
En un caso, se detuvo la impresión de mi texto «De Hormigas a Tiburones» porque el formato del archivo del diseñador editorial no era compatible con el de la imprenta, y nos dieron apenas 24 horas para hacer la actualización… a un software que no estaba disponible para el público en general y que no era compatible. Total, que no salió el tiraje de 1,000 ejemplares porque, según la editorial, «no entregamos a tiempo». Lo bueno es que el contrato incluía pagarme las regalías con libros, así que no se perdió nada.
En otro caso, tardamos casi un año en negociar los derechos de una obra… que ya estaba lista para imprimirse. Resulta que Oxford University Press sólo aceptó a cambio de un pago de un dólar por ejemplar, pero en una licencia limitada a mil ejemplares, para su venta exclusiva en México y por un lapso de tres años: si no se agotaba el tiraje, debíamos destruir los sobrantes. No podíamos venderlos fuera del país y, si se agotaba el tiraje, se debía renegociar un precio mayor. Podía no estar mal, excepto que el mercado para «El pensamiento económico de Aristóteles» no era tan grande ni tan rápido. Ahora que nos lo piden, ya no está disponible a la venta. Llegan peticiones de otros países, que no pudimos atender. Y la anécdota del texto: pude regalarle uno, en mano, al entonces candidato y hoy expresidente Sebastián Piñera, recomendándole que fuera «un rey filósofo» durante su gobierno. No sé si siquiera leyó el texto, pero… es lo más lejos que ha llegado un libro con mi nombre en la portada.
En otra ocasión, una editorial expresó «sumo interés» por comprar los derechos de «Clara Sandra solía soñar«. La dificultad es que en ese cierre de 2014 ya no tenían presupuesto y querían la exclusividad, considerando que se editaría en el verano de 2016. Decliné esperar dos años, y fue mi primer libro disponible vía CreateSpace -lo que hace que esté disponible incluso en Inglaterra- e hice unos tirajes de autor… que se han ido agotando consistentemente. Ahorita la edición nacional está casi agotada, pero muy pronto tendremos más (a tiempo para que les llegue en Navidad, dedicado por el autor).
Ya ni les cuento de otro proyecto conjunto que, una vez impreso y listo para su distribución, generó una dificultad entre la editorial y un autor del prólogo… por lo que se quedó, ya hecho, almacenado porque nadie quería pagar los cambios de último minuto. Así pasa.
El evento en la FIL Guadalajara.
Por todo lo anterior, estoy contento con una editorial que me da libertad creativa, paga regalías hasta siete veces más altas que sus competidores y me ofrece una plataforma global. Hoy día, tengo lectores en Japón, Reino Unido, España (¡Muchos en España!), Estados Unidos, Colombia… ¡y hasta en México!
Por si fuera poco, me incluyó en su grupo de autores destacados. Así que, si todo marcha bien, nos veremos en la FIL Guadalajara, este viernes 4 de diciembre a las 11:30. Presentaré libros en formato digital y en papel. Para los que nos acompañen, tendré e-books gratis y la presentación de nuevos materiales, así que… ¡Allí nos vemos!