Pues nada… Que estos días han estado llenos de gustos y placeres. Tal vez no los que todos piensan. Pero sin duda, bastante positivos. Y la verdad es que esas emociones intensas son las que me hacían falta. Logré, casi involuntariamente, lograr un sueño familiar de mucho tiempo.
Dicen que no es buena idea ir a un lugar en dónde has sido feliz, a riesgo de que los sitios no estén a la altura de lo que esperabas en tus recuerdos. O que hayan desaparecido y no puedas volver a probarlos. Pero me arriesgué, no por otra cosa: tenía ánimos de que mis hijos conocieran esas mismas experiencias. O lo más parecido al menos.
Gustos y placeres: nuevas opciones.
Pero más allá de los recuerdos ahora compartidos, también era mi intención probar cosas nuevas. Y en esta ocasión, en familia. Porque durante mucho tiempo -casi un año- mi trabajo me hizo recorrer muchos sitios en ese estado. Así que con la selección de lo mejor se me antojaba que mi familia conociera.
Sin duda no fue fácil disponer del tiempo y del dinero para hacerlo: han sido días complicados -como lo saben los que han visto que no hemos podido publicar con la frecuencia acostumbrada- pero era el momento de hacerlo. La circunstancia se prestaba, el momento era el idóneo y será, tal vez, la única oportunidad de hacer algo así en un par de años más.
Y si: por algo se dio la oportunidad. Pero más allá de las experiencias que tenía en mi memoria, se me antojó también probar cosas nuevas. Hacer lo que no había hecho. O, más bien, cosas que nunca había podido hacer de esa forma.
Bueno, no quiero contarles muchos más detalles, pero esos momentos de descubrimiento que ya les había contado en viajes de piña volvieron con intensidad… y más porque fueron compartidos. Qué mejor manera de vivirlos.
Imagen de hoy Mr.PMCP
