En estos días de vacaciones escolares llevé a mi hijo menor al Museo de Cera y al Museo de Ripley’s. Uno de los objetivos era divertirnos y ver rarezas. Disfrutar juntos al poner nuestra incredulidad en juego. ¿Quién podría convencernos de qué cosa?
Robert L. Ripley fue un viajero incansable que buscaba cosas extrañas, asombrosas y atípicas en todo el mundo. Durante décadas escribió e ilustró un periódico y luego una columna sindicada desde 1918, «¡Aunque Usted No lo Crea!» que luego, incluso, se volvió un exitoso programa de radio y luego de televisión. En ella presentaba elementos reales pero inverosímiles -que no falsos-, o exponía algunos misterios de todo el mundo. La colección Ripley comprende 20,000 fotografías, 20,000 aparatos y 130,000 dibujos que se exhiben en 24 museos en el mundo. Aunque Usted no lo Crea, he visitado 3 de ellos y descubierto que hay más piezas de Mexicanos en el Museo de Londres que en el de México… la mayoría artesanías, arte plumario y miniaturas.
Algunos lo saben: ahora está muy de moda una caricatura de Disney, «Gravity Falls, un verano de misterios». En ella, el hermano tramposo de un científico genio vive en la llamada «Cabaña del Misterio», una atracción turística con una colección de objetos bizarros, extraños y poco comunes. Todos ellos hechizos y falsos. La idea es esconder los verdaderos monstruos, duendes, criaturas de todo tipo que se esconden en los bosques de Oregon. La incredulidad de todos los ajenos a la cabaña es uno de los elementos clave de la serie. Y la idea de ir al Museo de Ripley era visitar con mi hijo, fan de la serie, una «cabaña del misterio» verdadera.
Bueno, la serie ha tenido tanto éxito que hasta venden el «Tercer Diario» del misterioso científico. Le regalé el libro por el día del niño. Parte de las vacaciones las pasamos viendo cada uno de los 33 episodios disponibles, a detalle, para ver qué página salía en qué capitulo. Pero además me enteré que el libro «exclusivo» lo tienen varios amigos y un primo. En el parque le preguntaron si ya tiene lámpara de luz negra para ver las «páginas secretas». Total, una mezcla de ficción y realidad interesante que está de moda. Un programa de tele que tiene un libro… igualito al que sale en la tele.
Vencer la incredulidad.
Tanto mi pequeño como muchos de los visitantes al museo de Ripley compartían un elemento común: muchas de las cosas reales que se exhiben, les parecen increíbles. Falsas. Fabricadas. Por ejemplo, unas máscaras africanas o un cabello pintado con siete rostros en él. «Esas no son verdaderas». En cambio en otras, aunque notoriamente falsas, como la célebre «Sirena», se amontonaba el público a pesar de que el propio museo aclara que es una falsificación y la nota es «lo mucho que logró engañar al público por años». ¿Cuál sirena? Ésta, mitad chango y mitad pez… creada por un taxidermista y exhibida como real por mucho tiempo por el afamado cirquero P.T. Barnum antes de llegar a la colección Ripley.
En contraste, el auténtico «cerdito siamés» nacido en 2006 pasaba sin despertar interés. «Ese lo hicieron», «hasta crees que nació así». «Es falso, ¿cómo crees que está preservado? Ha de ser de cera». «Es un cerdo deforme, no tiene nada de especial». Total, la incredulidad a todo lo que da, a pesar de que era real y se anunciaba como tal. Y demostraba una constante incapacidad del público para separar lo real de lo ficticio.
Lo más notable de la experiencia fue ver esa alteración de la realidad que hace que el público no distinga lo que es realidad de lo que es mentira, y que su incredulidad sea mayor en lo que es improbablemente cierto que en lo que es notoriamente falso. Eso y que en el Museo de Cera más personas buscaran fotos con las figuras de cera de artistas y deportistas que las de líderes mundiales o científicos. Fox y Calderón juntos hacen un gran contraste. Trump y Peña, exhibidos al inicio, generan notoria incomodidad en los visitantes.
Javier Duarte: más incredulidad
Desde hace seis meses, el gobernador de Veracruz Llave, Javier Duarte, estaba desaparecido acusado de malversar fondos. Dicen que tomó y desapareció unos $36,000’000,000.00 (Si, treinta y seis mil millones de pesos). Eso, directamente de fondos federales, más estimados de que se usaron mal casi doscientos mil millones de pesos del erario veracruzano, aunque no «se llevó» todo eso.
Lo curioso es que durante los seis meses de su escape, muchos sostenían la versión de que el gobierno mexicano lo encubría por sus vínculos con la campaña presidencial de 2012 del partido en el gobierno, el Partido Revolucionario Institucional. A final de cuentas, fue el primero que habló públicamente de que el candidato debía ser el ahora presidente en 2011. Además, como la gubernatura la ganó la oposición, el tema de su captura era mediáticamente rentable.
En fin. Ahora que fue detenido durante la Semana Santa en Guatemala, se habla de que «es un montaje» para ayudar al propio PRI en las campañas de este año, que no van tan fáciles como esperaban. Por ejemplo, vimos en Monoaureo este cartón de Alarcón:
Debate en Twitter: ¿A quién le crees?
¿Lo más curioso? Pocos creen que se escapó solo y sin apoyo federal, o muchos dicen que fue capturado solo para ayudar en las campañas. Para colmo, algunos hechos como que «dejaron ir» a su esposa, presunta cómplice y que estaba en el mismo hotel, refuerzan esa hipótesis.
Por si fuera poco, el presidente de un partido político de oposición y precandidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, salió a decir que atraparon a Duarte para «desprestigiarlo» a él y a su partido, que es un «chivo expiatorio» y que «seguramente dirá que nos daba dinero, pero eso es mentira». Y también salió el expresidente Calderón a cuestionar por qué AMLO se está defendiendo por adelantado. Queda latente el refrán que dice «Explicación no pedida, culpabilidad asumida». Destaca la virulencia de los ataques de ellos y de sus seguidores.
Detienen a Duarte para simular que combaten la corrupción. Pero el pueblo no se conforma con chivos expiatorios, quiere la caída del PRIAN.
— Andrés Manuel (@lopezobrador_) 16 de abril de 2017
Poniéndose el sombrero antes del aguacero.¿Por qué él y no otro? Curándose en salud por lo que él mismo nos dice que ocurrirá. ¿Qué hay? https://t.co/XYZ6zpRkMq
— Felipe Calderón (@FelipeCalderon) 18 de abril de 2017
Incredulidad: «no confíes en nadie».
Esto es o un cerdito siamés o una sirena: una mentira creíble de tan burda o una realidad increíble aunque parezca inverosímil:
- Lo postula el PRI, lo solapa el PRI, lo detiene el PRI… ¿Y creen que beneficia electoralmente al PRI? Yo no. Tal vez evitará que caiga más; beneficiarlo, no.
- «Lo atraparon antes de la elección». Cierto, pero también durante Semana Santa. Se pierde el impacto noticioso de la captura. Es probable que ni siquiera sea deportado antes de la elección. Si fue planeado, no fue bien planeado. Y si «solo pasó», no hay una mente maestra detrás.
- «Acusará que le dio dinero a MORENA». Sí, es altamente probable. En particular cuándo vio que MORENA iba subiendo y podía derrotar al candidato Yunes del PAN, quien en prometió encarcelarlo. Porque el candidato Yunes del PRI tampoco le era afín. Porque son primos, igual que un Yunes en el PRD. La única opción era la diferente.
- Que diera apoyos a la campaña presidencial del PRI hace cinco años Y la campaña a gobernador de MORENA del año anterior no es excluyente: pudo hacer las dos cosas.
- Es posible que ni el presidente Peña ni López Obrador supieran el monto, origen y destino de los «donativos» de Duarte a sus causas… es poco probable, pero posible. Así que la sorpresa de ambos puede ser genuina. No sabían que sus equipos recibían ese dinero.
- Que tirios y troyanos, moros y cristianos usen el «arma tóxica» que representa ese ex gobernador para tratar de atacarse con ella, es obvio. Lo que no se dan cuenta es que, al hacerlo, acaban desprestigiando a toda la política y hartando más a la población. Al final, los ciudadanos no dirán «éste tiene razón», sino «¡todos están reprobados!».
Incredulidad… de remate.
Y para remate… recordemos este tuit de Javier Duarte de Julio del año pasado. «La verdad nos hará libres» dijo. ¡Aunque Usted no lo crea!.
Celebro que PGR participe en la investigación derivada de la ridícula denuncia que presentó en mi contra M. Yunes. La verdad nos hará libres
— Javier Duarte (@Javier_Duarte) 27 de julio de 2016
Así que, nos quedan tres opciones: 1.- Aceptar la verdad por increíble que parezca: ni lo encubrían ni lo atraparon como plan electoral. Le dio dinero a todos, aunque «los de arriba» no supieran. Contó con complicidades, pero no en altos niveles. Lo cacharon por un error: quién llevaba a sus hijos en el vuelo privado de Toluca a Guatemala llevaba más efectivo del que se permitía portar, por lo que se le dio vista del plan de vuelo al SAT y a la PGR… dónde constaban los tres hijos, la cuñada, el cuñado y más familia de Duarte. Seguirlos era obvio y fácil. 2.- no creerle a nadie. O bien, 3.- seguir buscando claves ocultas… porque es un misterio el hecho de que su partido festine la captura, la oposición lo defienda; que su familia siga libre y sin problemas, y que nadie esté conforme con el resultado.
Ahora entiendo por qué Ripley sigue vigente a casi cien años. Por qué «Gravity Falls» está tan de moda. Y por qué nadie entiende nada del caso. Lo increíble y los misterios atrapan más que la verdad cierta. Acá les dejo unas pistas más. Encuentren la tercera y habrán resuelto el misterio:
Imágenes de hoy: foto superior de Jenn and Tony Bot via Compfight , Twits desde Twitter, caricatura desde Monoaureo y fotos originales por @gjsuap