¿Menos es más?

¡Simplifica!

¡Simplifica!

Hay veces en que el mismo mensaje te llega de tantas partes a la vez, que tienes que asumir… ¡Que es cierto! Por ejemplo, de un lado me llega la observación de que cada vez más existen más personas para quien la pregunta «¿De dónde eres?» no tiene mucho sentido: aquel amigo de origen hindú, nacido y educado en Inglaterra, viviendo en Estados Unidos y que disfruta más que nada visitar Japón -pero dónde sólo ha podido obtener visa de turista y no de residente- se quejaba de que su novia, mitad alemana mitad chilena, nacida en Perú y radicada en Canadá no se sentía cómoda con la idea de casarse con él y mudarse a Bahamas… porque sus hijos corrían el riesgo de perder «la identidad cultural». ¿Y si tan sólo los consideraran residentes de la tierra… y simplificaban?

Digo, por si les queda duda del fenómeno migratorio, no olviden que el presidente de la aún nación más poderosa del mundo es mitad keniano (o cubano, según algunos) y mitad americano, fue criado principalmente en Indonesia y tiene un cuñado, esposo de su media hermana, que es mitad canadiense y mitad chino… Y algunos lo acusan de que su «reforma migratoria» la impulsa porque quiere «quitarle la identidad a Estados Unidos» al aumentar la importancia de los hispanos. Ahora resulta que «los otros somos nosotros». ¿Y si dejamos de pelear por el origen, la pureza de raza y la nacionalidad, y simplificamos?.

Un ejemplo más: en una página sobre Kaballah judía, me encuentro un texto titulado «el Papa Francisco tiene razón»; y que dice a la letra: «Para este momento, la mayoría de nosotros ya escuchó el poderoso mensaje que dio el Papa en el Domus Sanctae Marthae. Según lo reseñado por Radio Vaticano, el papa Francisco dijo que «Hacer el bien» es un principio que une a toda la humanidad, más allá de la diversidad de ideologías y de religiones, y crea esa ‘cultura del encuentro’ que es la base de la paz».» Me parece magnífico no sólo el mensaje papal, sino que encuentre eco en líderes de otras denominaciones. Simplifiquemos.

Otro caso distinto, pero en el mismo sentido: mi agenda de pendientes para la semana que empieza «sólo» tiene 42 tareas pendientes, en 10 bloques distintos, algunos hasta con 7 subtareas… Y si bien muchas pueden resolverse con 15 minutos al día, al final casi una centena de tareas abruman la lista de «por hacer». ¿Y si simplifico?

Por último, uno de los blogs que suelo leer con regularidad recomienda que reduzcas el ritmo, que bloguees menos, que publiques con más intensidad aunque en menor cantidad y que hagas las cosas más fáciles… Que simplifiques. ¿Y si le hacemos caso?

Algo es cierto: menos es más. Generar informes, reportes, estados de situación y cuadros de mando puede ser muy útil en ciertos elementos del negocio; pasar buena parte de la tarde generando informes que dicen que «no hay novedad» o «nada que informar», no ayuda. En un sentido claro, menos es más. Menos etiquetas, más resultados. Menos tareas listadas, más tareas hechas. Menos divisiones, más unidad. Y, en ese sentido, entendí el mensaje de la semana: simplifica, simplifica, simplifica… porque menos es más.
Imagen de hoy Creative Commons License Kevin Dooley via Compfight

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