Una cosa es cierta: los nombres de las traducciones de las novelas de Stieg Larsson son horribles en español, pero al menos más cercanos a sus ideas originales que la edición en inglés. Y creo que en general la traducción adolesce de tratar de ser demasiado coloquial en español «de España» y suena sumamente chocante a ratos en estas latitudes. Supongo que la mera traducción para España basta para satisfacer el mercado latinoamericano en general, ya que no se hicieron adaptaciones regionales o incluso nacionales a las traducciones. Ni modo, es parte de lo que se pierde en la traducción por ser mercados «relativamente» pequeños. Ha vendido 14 millones de ejemplares en el mundo y en México va en su quinta reimpresión, y aunque no se dan cifras de tiraje es relativamente menor: se lee poco y son novelas relativamente caras ($290-$320 cada una; tienen 800 páginas en promedio)
El primer tanto se llamó, en inglés, «The girl with the dragon tatoo» – la niña con el dragón tatuado. En sueco se denominó «Män som hatar kvinnor» es decir «Hombres que odian mujeres». La traducción española fue «Los hombres que no amaban a las mujeres». Creo que el utilizarlo en pasado y referir «no amar» en lugar de «odiar» genera un abismo que cambia totalmente el sentido. El odio es un sentimiento muy diferente al «no amor».
La segunda novela se denominó en sueco «Flickan som lekte med elden» – la chica que juega con fuego. Pasó al inglés como «The girl who played with fire», una traducción bastante literal, pues es «la niña que jugaba con fuego». En contraste, al español nos llega como «la chica que soñaba con un cerillo y un galón de gasolina». Nuevamente, los traductores abusaron de querer ser más poéticos… como si eso agregara valor a una obra que originalmente es descriptiva y parca en adjetivos.
La tercera obra es conocida en español como «La reina en el palacio de las corrientes de aire». Lo que dista mucho, nuevamente, del sentido del título sueco «Luftslottet som sprängdes» – el castillo en el aire que estalló. Al menos mantiene ciertos elementos que, nuevamente, en el texto inglés se pierden: «The girl who kicked the hornets’ nest» – la niña que pateó el avispero.
Como sea, la traducción al español «de España» nos aleja el texto. Por ejemplo, el constante uso de «un chupito» para referirse a un trago; «las zapatillas de deporte» por zapatos tenis (o tenis); el «Mikel de los Cojones Blomvskit» en lugar del «el jodido Mikel Blomvskit» o «la bollera Miriam Wu» en lugar de «la lesbiana Miriam Wu». Tal parece que los traductores temen usar ciertas palabras, y las vueltas que les dan mediante frases complicadas… arruinan la parsimonia del texto.
En fin. Según la viuda de Larsson, él había trazado el esquema para 10 novelas vinculadas, y había dejado la cuarta novela, «Guds hämad» -venganza de dios- con un avance de 3/4 partes. Está por verse si ella logra concluirla y puede editarla. Lo cierto es que aunque hay apuntes para la quinta y sexta, ya no podrían considerarse obra de Larsson.
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Suscribo malisímas las traducciones… y me «choca» el español de «España».
Tristemente, es un mercado más grande y para las ventas "pequeñas" que se logran en nuestros países no ameritan una segunda traducción o una adaptación. Pero ya me imaginaba la versión mexicana de "La chava que se tatuó un dragón", por ejemplo…