Me dice un pajarito que el clima en el norte sigue terrible. Que les atacó algo denominado «vóritice polar», que básicamente lo que hace es impulsar aire frío hacia el suelo, al revés de lo que hacen los tornados, que elevan aire caliente al cielo de manera muy rápida. Esto produce un enfriamiento drástico y muy intenso.
Cuando escucho que algunos se quejan de que el termómetro llegó a los cero grados y que «hace demasiado frío», me cuesta trabajo pensar que podrían sobrevivir en un clima realmente frío. Digo, hoy Chicago amaneció a menos treinta grados, y con el viento y la humedad la sensación térmica es de menos cincuenta grados. Muy, pero muy lejos de los veintiun grados que tiene el DF hoy.
¿Qué hace que la gente viva en entornos tan fríos, me pregunto? Es difícil de entender. ¿Qué ganan, qué se requiere? Alguna vez me contaba el entonces Secretario de Agricultura, Carlos Hank González, que las nevadas permiten irrigar la tierra de manera profunda, por lo que aunque sólo tuvieran una cosecha al año era mucho más productiva que los dos ciclos que tiene la mayor parte de nuestro país. En la visita a Huatulco, nos decían que una de las bahías o playas se llama «del órgano», porque en la época de secas queda totalmente desprovista de toda vegetación, excepto por los «órganos», esos altos cactus de forma cilíndrica, que alcanzan a acumular hasta 20 veces su peso en agua.
No sé que motiva a las personas a aguantar esa circunstancia. Lo cierto es que su cultura se adapta: ropa térmica, suspensión de clases, respuesta a la emergencia y servicios subterráneos. No es fácil, pero el hombre encuentra cómo adaptarse al frío extremo.
Pero en otras noticias, me entero que Australia alcanzó en 2013 el año récord en calor: rompió los records previos y el promedio de temperatura en el año fue de 23 grados centígrados a lo largo del país. Si consideran que en el invierno tuvo 0 grados y en el verano hasta 60 en algunas regiones, se explica ese promedio que es más alto de lo habitual. Mientras tanto, este verano boreal está siendo tan caliente que en Argentina reportan carreteras derretidas por calor, en tanto que en el centro norte de Estados Unidos suspenden miles de vuelos: en Chicago la pista se cubrió de 26 centímetros de nieve en menos de 24 horas. Algo es cierto: el mundo está cambiando su temperatura, y cada vez más marcadamente.
Creo que sólo en la película «el día después de mañana», en que un megahuracán frío -el vórtice polar, pero a una escala que cubría todo América del Norte en un sólo fenómeno- habíamos visto algo parecido, exagerado en rapidez para hacer la película más dramática. Temo que un día de estos nos digan que algo así va a pasar. Aunque el mejor resumen lo vimos en monoaureo.com, de la pluma de Paco Calderón en su cartón «climaterio«, que aquí les dejamos para cerrar esta fría reflexión sobre las heladas en el norte y los calores en el sur.
Imagen de hoy por blmiers2 via Compfight, y cartón de Paco Calderón desde monoaureo.com