En el calendario cívico ciudadano mexicano, 2 de octubre de 1968 y 10 de junio de 1971 no se olvidan, porque recuerdan momentos en que el Estado Mexicano (el ejército en el primer caso, la policía en el segundo en el célebre Halconazo) atentó directo, de frente y en plazas públicas a centenas de estudiantes en cada caso.
Es cierto que durante los años 1950-1960 y en la década de 1970 existieron fenómenos de represión; en el primer caso contra movimientos gremiales, pero que terminaron con apaleados. En el segundo, la llamada «guerra sucia» contra guerrillas, particularmente en los estados del sur-sureste terminaron con la desaparición forzada de personas en zonas serranas. Sin embargo los números totales eran relativamente bajos y muchos casos fueron bajas de guerra en combates entre ejército y guerrilla. Las dos fechas señaladas ocurrieron en plena capital, dejaron centenas de muertos y fueron ataques directos contra población civil.
Digamos que en términos absolutos, cada muerte es una tragedia y cuenta. Pero en términos relativos, menos de 500 muertos por represión en un país de 50 millones de habitantes es relativamente bajo (en contraste, el régimen de Pinochet en Chile dejó 3,000 muertos en un país de 10 millones; 30 veces más proporcionalmente). Además, fueron dos incidentes relativamente aislados; la persecución, para serlo, debe ser permanente (en Chile fue constante de 1973 a 1990).
El monumento establecido en la Plaza de las Tres Culturas en Tlaltelolco, lugar de la masacre, para conmemorar 25 años del hecho hace constar 20 nombres (de personas confirmadas muertas allí) «… y muchos otros compañeros cuyos nombres y edades aún no conocemos». El total de muertos oscila entre 150 y 300 (la Fiscalía especializada para crímenes del pasado lo considera en torno a los 220). Pero también hubieron 700 heridos, 5,000 detenidos (muchos de ellos torturados y sometidos a fusilamientos simulados), 300 de ellos detenidos hasta una amnistía decretada en 1971.
De acuerdo a las cifras oficiales, se desplegaron 8,000 elementos, 300 unidades incluyendo tanques y jeeps artillados y se dispararon 15,000 cartuchos. Nada despreciable para frenar un movimiento social desarmado en una plaza pública.
Por eso y mucho más, aunque sea algo relativamente menor comparado con episodios de persecusión, represión y muerte en otras partes del mundo, «…2 de octubre no se olvida». Hoy lo recordamos para que nunca más se repita en México ni en ninguna parte. El Estado no debe reprimir o matar a sus ciudadanos.
Yo no nacia aún y sinceramente no sé mucho sobre el tema del mov. del 68 ..pero al leer esto siento que: Es una masacre que le desgarra el alma a cualquiera.
Como muchas personas, comparto la impotencia, la decepción y la tristeza sobre lo acontecido y la nula investigación por parte de nuestras autoridades.
No solo es eso, si no la injusticia que causo todo esto en aquella masacre, a veces no puedo creer que existamos los seres humanos que solo somos un producto de nuestra imaginacion , ojala y todo esto que vivimos como es ahora en la actualidad, aíi lo sea, solo un producto de nuestra imaginación. gracias……….
PD: por favor "MUNDO" cambia
Si, es un sentimiento ambivalente: de un lado, toda vida arrancada ilegalmente por el Estado es una tragedia; del otro, cuando vez los efectos de persecuciones similares en otros países, su magnitud -en frecuencia e intensidad- hacen aparecer como que fue algo relativamente pequeño. Pero es importante repensar el tema y no dejarlo caer en el olvido, o únicamente como bandera de ciertos grupos anarquistas que usan la fecha para rechazar cualquier autoridad, sin vincularse realmente con el origen. Saludos.