Papa Francisco

Papa Francisco

Pocas veces optamos por hablar en Dichos y Bichos de noticias o cosas recientes. Como hemos dicho en la presentación de este blog, aquí queremos comentar experiencias y reflexiones cotidianas sobre la vida en Ciudad de México y en Internet, queremos que sea un remanso de las cosas noticiosas o laborales. Pero la elección de un Papa no es algo menor.

Hay cuatro rasgos que quiero comentar del hecho de que el Cardenal Julio Mario Bergoglio haya sido electo como el primer Papa latinoamericano, y que haya adoptado el nombre de Francisco.

1. Es Jesuita. Eso implica que se formó en una de las órdenes que privilegian la disciplina y obediencia sobre otras virtudes, pero a la vez fomentan el estudio y pensamiento ordenado. Estos hábitos serán positivos en su trabajo mental y doctrinario, y podrán generar conflictos si espera de todos obediencia total. Hará que los radicales y extremistas se alejen más. No son muchos, pero son muy ruidosos sin duda.
   
2. Es Argentino. Si bien es una nación latinoamericana, es la que más se parece a ciertas partes de Europa. Tanto por la oleada española original, como por una fuerte migración italiana a principios del siglo XX y una presencia alemana importante tras la Segunda Guerra Mundial, de Argentina se suele decir que es un país de Europa ubicado erróneamente en el mapa. Él mismo dijo, tras su elección, que «fueron a buscarme al fin del mundo».
3. Es Humilde. Optó por el nombre de Francisco, en honor a San Francisco de Asís, célebre fundador de la orden mendicante de los Franciscanos, y ha dicho que el amor, la pobreza y la sencillez deben ser su forma de actuar. Incluso, su lema será Miserando atque eligendo, extraído de la homilía 21 de San Beda el Venerable: “Jesús vio al publicano, y lo vio con misericordia y eligiéndolo (‘miserando atque eligendo’), y le dijo ‘Sígueme’. ‘Sígueme’, que quiere decir: ‘Imítame’.”
4. Es Sencillo. Incluso como Obispo de Buenos Aires, prefería viajar en Metro y vivía en una modesta habitación y no en el Palacio Arzobispal. Le iba al Atlético San Lorenzo, no precisamente el equipo favorito de los argentinos. Tras ser elegido Papa, fue personalmente a recoger sus maletas a la Casa Internacional del Clero y pagó por su habitación «para dar ejemplo», según dijo. Tras la cena que le ofrecieron los cardenales por su elección, dejó la limousina SCV1 (un lujoso Mercedes blindado) y se regresó con todos los demás en un minibús.

Por supuesto, es un doctrinario firme: se ha opuesto al  matrimonio homosexual y durante los años de la dictadura no condenó las persecuciones y matanzas del régimen militar; en parte, porque era en contra de los comunistas. Y en lo social, es abierto y participativo. «Es un pastor de doctrina sólida y realismo concreto», resaltó el vaticanista Sandro Magister, recordando que siempre se mantuvo «a buena distancia» de la Curia, el gobierno de la Iglesia y que hace ocho años fue rival de Benedicto XVI.

Hoy, como ilustra Calderón, hay tres «San» festejando este nombramiento: San Ignacio, fundador de los Jesuitas; San Francisco, tocayo del nuevo Papa; y el General José de San Martín, padre de la patria  Argentina.

Habemus Papam – Calderón

Aparentemente, estos buenos rasgos harían de él un Papa más popular que Benedicto XVI. Puede ayudar a mejorar el desempeño de una Iglesia complicada en muchos problemas que parecen ajenos a su misión.

Pero recordemos que Juan Pablo I intentó esos mismos razgos de humildad y sencillez -se negaba a oficiar las misas privadas, en dónde sólo aceptaba hacer el papel de sacerdote auxiliar, no del principal, aduciendo que «debía ser el primer servidor de todos»-. Adoptó el lema «Humildad» y declinó tener una coronación papal y usar la tiara papal (corona triple). Habló de que las iglesias del mundo deberían devolver el 1% de todos sus ingresos en pro de los pobres del tercer mundo, inició una investigación sobre los fraudes del Banco Ambrosiano y llegó a decir en el rezo de uno de los Angelus de sus 33 días de pontificado que «Dios es Padre, y más aún, es madre». Se sospecha que murió envenenado… y muchos de los sospechosos siguen cerca del ahora Papa Francisco.

Espero que Su Santidad Francisco pueda empujar más ese espíritu de amor, humildad y pobreza que tanta falta le hace a buena parte de la Iglesia para retornar al mensaje original de su fundador, hace casi 2,000 años: «Les dejo un mandamiento nuevo: Amense los unos a los otros como yo los he amado».