Pásenme la pluma…

¡Pásenme la pluma...!

¡Pásenme la pluma…!

Platicaba recientemente con mi amiga Aline (@_Bishu_) cómo, si bien me gusta mucho escribir -es una de mis pasiones- raramente escribo poesía. Y concluíamos que la poesía es una escritura «azul», esto es, que sale mejor cuando estás triste, deprimido, desilusionado, molesto. Si, es cierto que hay poesía amorosa -y muchos cuándo adolescentes la practicamos-, pero si el amor es correspondido, o sale muy cursi… o prefieres vivirla que escribirla. Y cuando no es correspondido, ¡agárrate! Es sólo ante el dolor, el sufrimiento o la tristeza en que tomas una hoja y te da por decir «pásenme la pluma, que quiero dejar de lado mi dolor…». Y te vuelcas en el papel como no lo haces en el diván del analista: con detalle, cuidado, buscando que lo que dices se signifique y que sea acorde a lo que sientes… aunque sabes que, al final, nada es correcto: lo que dice tu papel es muy diferente a lo que en verdad sientes. Le falta profundidad y alcance, no importa qué tan bien lo hayas intentado. Nunca el dolor es tan profundo en el poema como lo es en realidad.

Es cierto que hay poemas patrios -que, con música, suelen ser himnos nacionales-; al campo o a las montañas. Hay hermosos poemas para el amor -mis favoritos, de Pablo Neruda-. Hay poetas que han ganado el premio Nobel, como Gabriela Mistral, «por su poesía lírica que, inspirada por poderosas emociones, ha convertido su nombre en un símbolo de las aspiraciones idealistas de todo el mundo latinoamericano». Cabe destacar que es la única mujer latinoamericana en obtenerlo en Literatura (honor que comparte, en el continente, únicamente con Gabriel García Márquez, Octavio Paz, Mario Vargas Llosa y su compatriota Pablo Neruda).

O como vimos en el Twitter de Ortografía Real (@Ortografía):

 

Comentaba, pues, que el día que se casó mi primer novia -obvio, no conmigo- fue un día muy, muy doloroso. Un final de amor muy shakespereano, pues. Unos días después salió de mi pluma uno de los pocos textos que me festejan en el género poético, «Casi poeta».

Casi poeta

Casi poeta

Como pueden ver, más que una larga oda o una Odisea completa, es lo que llama Luis Eduardo Aute un «poemiga«, o «poema hormiga»: poemas breves en los que la tipografía ayuda tanto como el mensaje. Casi como un tuit de largos.

De entre los de ese autor, hay algunos excelentes:

«Político
es a Policía,
lo que Militante
es a Militar;
en ambos casos
especímenes
de armas tomar»

Por cierto, recientemente me encontré la aplicación Notegraphy, que ayuda a hacer textos tan breves o largos como quieras una verdadera joyita de diseño: rápidamente escoge de un catálogo de más de 100 diseños de 12 de los mejores diseñadores de tipografía algo que eleva o complementa bien tu texto. Recomendable y lo hay para Android, iOS o desde el sitio Web.

Pues bien, entre la fatiga, el dolor y las decepciones de los días de mi Retiro Zen Godínez, hubo un momento en que llegué a tal nivel de agotamiento, depresión y decepción… que me brincó de nuevo la vena poética. Y si bien he usado Notegraphy para mantener a la mano y compartir citas de autores que me interesan, no pude dejar de gritar «pásenme la pluma» y soltar algunos poemas que, paradógicamente, han sido muy festejados por quienes los han leído. Aquí, el más aplaudido de esta ronda, «Ecos»:

Ecos

Ecos

Y aunque sinceramente me gusta mucho más escribir prosa – y esa prosa que enseña, sorprende y divierte, como en «Lo Mejor de Dichos y Bichos» -, pueden ver de cuando en cuando algo nuevo de poesía (unos poemigas, pues) en mi página en Notegraphy. Eso, claro, siempre y cuándo, siga bebiendo decepción, tristeza y dolor. Porque aún hoy no he bebido todo el dolor, apenas le he dado algún sorbo de cuando en cuando. Pero enseñar, lo que se dice enseñar y descubrir el momento «¡ajá!» de algún alumno o lector… eso, eso si me apasiona. Y por eso escribo con gusto y pasión.

Imagen de hoy por Albert via Compfight. Poemas de @gjsuap desde Notegraphy.com

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