Pocas cosas son más frustrantes que ver que un proyecto no avanza. Por el contrario, pocas cosas motivan más que lograr un avance importante en un proyecto. Claro que dejarte llevar por el día a día puede hacer que ni avance tu proyecto… simplemente porque no lo tienes.
Para algunos, los proyectos son metas grabadas en piedra. Lograr cierto objetivo, hacer que una tarea se cumpla contra viento y marea. Con el espíritu montañista del que ya hemos hablado. Sin obstáculo que valga y «cueste lo que cueste». Para esas personalidades guiadas por esta visión, se vale todo con tal de llegar.
Otros saben qué quieren, pero no son propiamente proyectos. Son deseos. La diferencia es que un proyecto tiene un conjunto de pasos por lograr, con tareas pequeñas que abonan a lograr el fin buscado, que son simples, medibles, alcanzables, retadoras y temporizadas. Lo que algunos llaman «SMART» (Inteligentes. El acrónimo y quienes lo llaman así). Los deseos son… anhelos, aspiraciones, alimento para el alma. Si a un deseo lo vuelves proyecto, te acercas a su adecuado cumplimiento. Si no… sólo será un anhelo inalcanzable.
Por supuesto, mi mejor recomendación es que, particularmente si se trata de proyectos grandes, los dividan en tareas pequeñas y a cada una le den una fecha de cumplimiento. Así, si se trata de escribir un libro (o una tesis), tal vez una tarea sería tener el índice, otra reunir la bibliografía, otra revisar la bibliografía, una más es escribir el outline de cada capítulo, luego escribir cada capítulo y finalmente integrar el documento. Y aunque por supuesto puedes hacer varias cosas a la vez -buscar la bibliografía del capítulo 3 y escribir el capítulo 1- lo ideal es que cada tarea tenga una fecha de vencimiento.
Les comento esto porque esta semana tuve tres avances muy importantes en proyectos clave. Algunos los había pospuesto sin por ello olvidarlos o dejarlos fuera de la mente. ¡Cómo es incómodo eso! Tienes el gusanito de que debes hacer algo, y la molestia por no hacerlo. Pero sigue dando vueltas en la mete, sin por ello avanzar, a la vez que consume tu energía.
Y aunque hay metas y objetivos de largo plazo -por ejemplo, uno de tres años que acabaremos a finales de febrero-, hay otros que son más breves -uno a la vez, como los posts que este año no hemos fallado-. los hay que tienen años preparándose y no ves avanzar. Tal vez es parte de no haberlo planeado adecuadamente. Pero como he visto en 2014, las cosas van que vuelan y podré lograrlas.
Pues bien, aunque me falta al menos un mes -y una semana- para concluir cierto proyecto en la fase actual, al menos da mucho gusto saber que hay avances al respecto. Y particularmente cuándo, como ayer, se logra un paso mayor que se había pospuesto mucho tiempo. El siguiente mes les contaré más al respecto, y tengo un anuncio importante que hacer. Por supuesto, los suscriptores del Boletín Dichos y Bichos se enterarán primero… ¿Ya te suscribiste? Es fácil y rápido y puedes hacerlo a continuación:
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