Como muchos saben, estoy en el proceso de concluir una novela. Y es la parte más complicada: planear, investigar, escribir… lo hago rápido y bien. Editar… es otro problema. Porque la búsqueda de la perfección se hace presente y es, a la vez, imposible.
El dilema es llegar al «suficientemente bueno». Me comentaba un colega escritor sobre su primer borrador. Lo considera listo, una vez que su editor y él lo han revisado seis veces cada uno. Y entonces empieza a trabajar el segundo borrador… «¿Y cuál es la versión final?» «Bueno, es entre el quinto y sexto borrador». «¿Escribes 36 veces un texto?» «Si, y no quedo satisfecho». Por eso no me extraña que publique tan poco -y sus textos no sean atrayentes.
Decía uno de mis maestros: «La escritura es pensamiento refinado, en el momento exacto». Vale, que eso sea. Me conformo con que sea pensamiento claro, sugerente, atrayente. Y que les deje algo: información, diversión o ambas. La perfección y el destino pueden acompañarse. La edición tiene que hacerse hasta que sea «suficientemente buena» y no más allá.
Perfección, destino, edición y otras frases famosas
Así que… haz lo mejor que puedas. Eso debería bastar. «Suficientemente bueno» es una buena meta, realista, para acabar a tiempo.
Y no sabes lo que los demás tienen dentro de si. Los conflictos que viven en su interior. Lo que están pasando. Al menos, procura ser amable.
Esta frase viene en la siguiente novela, y fue una que impactó a un lector beta -y que, cuándo compartí esta postal en la semana, despertó mucha polémica e interés. Se las dejo mientras tanto.
Y si: a veces se trata de ver para otro lado, a fin de ver lo que no podríamos ver desde otra parte. Por cierto, la frase salió el día del aniversario del autor de «El Principito».
Y se los digo yo: al acabar el antepenúltimo capitulo de la novela, me entró una alegría… que creo que ni el final de la misma me dio. Porque logré cerrar una de las historias de una manera notable. Muy buena.
Eso si. Notamos que el autocorrector equivocó la ortografía de una palabra TODAS las veces que aparece -unas cincuenta-. Y yo refunfuñaba… hasta que alguien me dijo que, al menos, tenía algo que editar y no una página en blanco… ¡Cuánta razón!
Y… ¿Qué creen? Que mi novela no es perfecta. Pero está terminada. La estoy editando. 80% de los lectores beta están encantados, y 40% piden secuela, entre otros hechos de la retroalimentación. Lo mejor es que ¡descubrí de lo que soy capaz! -y quiero más-. Estén pendientes.