Hace tiempo que no les compartía una foto de mi autoría para ilustrar una entrada del blog. Y ha llegado el momento de hacerlo: es una foto de mi cocina. Si, ahora está llena de plantas como parte de un intento de cambiar de hábitos alimenticios. Es importante por edad y por salud, y allí vamos. La verdad, es que es emotivo ver medio vacío el refrigerador y llena la cubierta de plantas vivas en recipientes con agua. Se mantienen más lozanas y brillantes.
Además, el sabor mejora. Hay espinacas, apio, acelgas, cilantro, kale; además aguacates, té limón -el zacate, pues-, aceitunas y agua de coco para complementar. Y sí: pimientos, pepinos y calabazas, esos si en el refrigerador.
La idea es, antes de desayunar algo más, hacer un licuado con al menos 6 de esos ingredientes -que voy variando para efectos de sabor- y tomarlo unos 30 minutos antes. Esto garantiza tomar suficientes vitaminas, minerales y otros nutrientes, así como suficiente fibra. Y aunque esa «salsa verde» medio espesa y sin picante no se antoja mucho (según algunos), la verdad es que está sabrosa.
Momento de cambiar hábitos.
Esto arrancó como un intento más de cambiar hábitos. Si bien algunas cosas ya las había intentado -y les dejé constancia de ellos, por ejemplo, en 2014 cuándo dejé un tiempo de comer pan-, otras han sido novedosas. Y, la verdad, han funcionado: casi doce kilos menos en seis semanas. Y me falta otro periodo similar. Veremos si logro bajar un poco más.
Por supuesto, el peso por sí solo no es todo: en el mismo periodo van dos kilos más de músculo. Y creo que hasta ahora los cambios van en hidratación y alimentación. Falta añadir más ejercicio. Así que esperamos que esto se acelere mucho más.
Plantas: importante incluirlas.
Aunque mi plan ha ido funcionando bien al suspender ciertos alimentos y fomentando otros, un cambio que todos podemos -y debemos- hacer es incluir más plantas en nuestra dieta. Creo que el licuado me ha funcionado porque nutre y da saciedad en la mañana, y permite que aumente mi consumo de verduras.
¿Lo mejor? Haberlas puesto en agua. Se mantienen frescas y lozanas. Algunas hasta crecen. Otras «ensucian» el agua, señal de que liberan mucha de la «basura» que habían bebido en su vida. Queda hasta lodosa -y eso que ya estaban lavadas, señal de que les sale «de dentro». Por supuesto que el siguiente paso es generar cultivos hidropónicos para garantizar la frescura.
Ya les seguiré contando los resultados. Por lo pronto, «coman más verduras» sería el consejo de esta entrada.
Imagen de hoy: Autoría de @Gjsuap.
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