Hace más de diez meses que “abandonamos” el blog. En febrero fue la entrada más reciente. Me recuerda esas películas del viejo oeste, en donde llegan los héroes y no hay nada. Pero al salir del otro lado de la calle principal, encuentran un letrero caído que dice “Bienvenido a Pueblo Quieto”. ¡Demasiado quieto, dirán algunos! Pero ya estamos de regreso.
Sin duda, 2024 ha sido un año intenso. El que hubiera elecciones presidenciales lo hizo muy especial. Pero también complicado de navegar: polémicas, agresiones, atención dispersa… Difícil, pues.
Y se notaba mucho en las redes sociales: cualquier comentario, por inerme o intrascendente que pareciera, generaba polémica. “El cielo hoy está azul” decía alguien, para que le respondieran sin fin de voces: “No mientas, es casi violeta”. “No dijiste en qué tono de azul, ¡hay tantos!”. “Claro, eso es porque te niegas a reconocer que hay nubes también”. Y así, con polémicas sin fin por tonterías, y verdaderas batallas en cosas importantes. Era desgastante.
Pueblo Quieto; aun así, no abandonado.
Y sí: aunque todos estos meses no tuvimos entradas públicas, el sitio no dejó de tener materiales nuevos cada semana. Pero pocos lo notaron. Esto es, porque los jueves participo en un programa de radio y acá se resguardan los audios, así que cada semana hay archivos nuevos. Sin embargo, no se “anuncian” en general. Esto, porque como ya les he dicho, me interesa que este blog sea un espacio de remanso lejos de mi actividad laboral cotidiana.
Así que este es el pueblo quieto, pero no abandonado. También debo confesar que ha sido frustrante la cantidad de cambios que se han introducido en las plataformas en que genero contenido. Por ejemplo, la llegada de la inteligencia artificial (A.I., por sus siglas en inglés). ¡Está en todas partes! Por supuesto, que hay momentos en que se agradece. De una manera, en la corrección de estilo y ortográfica. Si ustedes ven alguna de las entradas de los últimos años, seguro se encontrará algún error de dedo o de gramática. Aún los hay, pero son los menos.
Aunque también solía seguir el consejo de Ernest Hemingway: escribir es un ejercicio de pasión, editar es un ejercicio de razón. Cuesta trabajo estar escribiendo y tener que regresar porque el software te avisa que cometiste un error. Y. bueno, si pones “ejericio” en vez de “ejercicio”, se agradece. Aunque preferiría terminar de escribir antes de regresar a corregir. Pero no me deja concentrarme ver tantas alertas a la vez.
Hagamos de este pueblo, una ciudad
Recuerdo aquel consejo de la China Mendoza: “conoce las reglas, para que las rompas voluntariamente con conocimiento y no por ignorancia”. Así que de repente es muy grato decirle al software de corrección: “descartar”. Aunque sienta que me ve con ojos inquisitoriales. No le gusta. Pero obedece. Y no quiero hacerle caso en todo, porque si así fuera, mejor dejo que la inteligencia artificial les escriba a ustedes. Y no, se trata de compartir de humano a humano, no solo de generar palabras juntas.
En fin. Vamos de regreso a una tercera etapa de este blog que ya va para cinco lustros. En el camino, hemos visto que los pódcast volvieron a tener un auge. Aquí, ya se intentaron. Que las series de varias entradas generan más interés. Aquí ya se hizo hace algún tiempo. O que las frases motivadoras proliferan en redes. Claro, ya lo intentamos también. Algunas ideas volverán, otras surgirán nuevas. Lo que quiero es hacer de Pueblo Quieto una ciudad boyante, que sea parte de sus hábitos cotidianos, dedicar un tiempo a que estemos juntos por acá. ¿Me acompañan?
Los invito, ante todo, a seguirme en la red “X” (antes Twitter) con mi usuario de siempre: @Gjsuap. Esto es porque será el principal vehículo para compartir lo que aquí se genera y, a la vez, para tener ideas de lo que les interesa leer más. Por lo pronto, las siguientes semanas tendré un especial de uno de los temas favoritos del que escribe (y de muchos lectores): Star Wars. Vengan, se pondrá interesante.
Imagen de hoy: Gjsuap con ayuda de la A.I.