La vida puede ser maravillosa o puede ser una miserable. Y muchas veces te esconde la última pieza del Puzzle… hasta que se te ha olvidado que lo estabas haciendo, la encuentras sin querer y… te llevas enormes sorpresas.
También sucede que quieres ayudar a alguien, por el puro gusto de hacerlo; porque aprecias a la persona y está en problemas graves. Claro que no preguntas ni qué le pasa; simplemente, quieres ayudarle en verdad. Y de repente, por no haber preguntado los detalles, acabas en más problemas. Si, tal vez eso de «haz el bien sin mirar a quien» no es tan buen consejo. Claro que si alguien tenía problemas graves y te metiste a ayudarle, sin saber que la mayoría se los causa solita -y los agrava con sus actitudes- pues estás frito. Ni modo, querías hacer el bien. No salió.
Pero también puede suceder lo contrario. Que estás ayudando a alguien con un tema. Algo pequeño. Si, una cosa que ya has hecho. Y que dejaste incompleta, porque la versión del sitio en que tenías que hacerla -hace casi seis meses- ya no «furula». Se atora, y se queda atorada si saber por qué. Entonces tienes que hacerlo para alguien más. Entras sin mucha esperanza: tú habías fracasado antes. Pero ahora… Fallas de nuevo.
No porque seas torpe o porque estés mal. Simplemente, hay un error en la construcción del programa que parece que incluyeron para obligarte a usar su servicio de paga. La mayoría, lo haría. Uno… uno sabe cómo darle vuelta al problema y buscar soluciones. ¿Y si lo haces en una aplicación y luego lo conviertes en otra? Y ahí vas, al editor digital en linea Pixlr para hacer el diseño y luego te lo llevas a Canva para cambiarlo al formato y tamaño exacto que requiere la plataforma. Dos movimientos, si, más tiempo, también; pero al final resolviste el problema de tu amigo… y viste cómo hacer el tuyo.
La pieza final del Puzzle.
Y allí lo tienen: por querer ayudar a alguien más, descubrí que me tenía detenido. Y eso implica que libros como Escribe Hoy y El Tesoro de Cuauhtémoc estarán disponibles como libros impresos en Amazon la siguiente semana. Les avisaré para todos los que «no quieren leerlo en electrónico» y para los amigos a quienes les sugerimos no gastar U$50 en envío de un libro. Pero no sólo eso.
Mientras más buscas cómo ayudar a los demás -y documentarte cómo resolver SUS problemas en el camino- la vida te regala sorpresas. De repente, el libro que querías está a dos dólares. Un curso en audio, que no tenías tiempo de escuchar (¿quién manda CDs aún?) puedes, en un gesto de sentido común estúpido pero práctico, se vuelve la compañía en el auto. Y allí brinca un sitio para generar «ruido blanco», que te permita concentrarte. Y SimplyNoise te acompaña un buen rato.
¿Se acuerdan de #Calexit? Pues bien, el proyecto sigue avanzando y estará concluido este mes. Y aunque la campaña en Kickstarter no llegó a buen puerto, aún pueden sumarse apoyando en Patreon o directamente en PayPal ya sea con cien pesos o un monto libre. Y si no se acuerdan… o si quieren emocionarse de nuevo, acá les dejo un pequeño video al respecto.