Rápido pasa la vida, como un veloz tren. Cuándo tu estás parado junto a la vía, esperando que termine de pasar para poder cruzar. Se ve rápido, pero sabes que no lo suficientemente para despejar tu camino.
Se nos acaba agosto y con él llegaron varios temas que aceleraron la discusión en redes sociales y en mis propios proyectos. Difícil seguirles el paso, y difícil ignorarlos. Así que… hay de dejarlos ir.
Algunos detalles del tren.
Hay dos tipos de trenes que me gusta ver: los que van muy rápido y los que están haciendo maniobras en sus patios: que avanzan lento, se detienen, vuelven a arrancar. Y se paran. El choque de los metales. La inercia de esas enormes bodegas sobre ruedas. O bien, la majestuosidad de un tren ya encarrerado, en dónde he contado uno hasta de 125 vagones. El reto es tratar de adivinar los logos.
En el «tren del mame» -como se dice en redes sociales al escándalo cotidiano- de esta última semana de agosto, estos fueron los vagones que alcanzamos a ver:
Murió Juan Gabriel.
El cantautor en español más exitoso del mundo -con 3,000 canciones de su autoría, y 1,500 de ellas grabadas por él o por terceros- murió infartado. Había dado un concierto la noche anterior en Los Ángeles. De inmediato, casas, coches y transporte público se llenaron de su música.
No, no tengo ninguno de sus discos y tampoco lo fui a ver en concierto. No me molesta su música y hay un par de canciones que «me llegan». ¿Querida?¿De mi enamórate?¿Hasta que te conocí? En fin… Lo escucho con gusto y ya. Pero el debate en torno a su muerte…
De un lado, el director de TV UNAM publicó una columna en que mostraba su desprecio por su lírica simplona y su estilo «naco». Me dio la impresión que trataba de burlarse de si mismo, pero ni ironía ni sarcasmo le salieron bien y desató una oleada de odio que, incluso, pide su renuncia al puesto.
Del otro, hay quien dice que fue evidente la «doble cara» de los políticos que homenajean a Juan Gabriel pero niegan discutir el matrimonio homosexual. Ni Juan Ga «salió oficialmente del clóset» (aunque dijo un «lo que se ve no se juzga») ni era activista del tema. Ni tampoco que te guste su música implica que avalas su forma de vida.
En el otro lado, ya empezamos a leer versiones de que, como Elvis Presley, estaba harto de la fama y por eso fingió su muerte -al grado de que lo cremaron de inmediato sin que nadie viera el cadáver-. A esa teoría ya le dicen «Juan GabriElvis».
Donald Trump en México.
Entiendo que, por estrategia, el gobierno mexicano invitó a ambos candidatos a presidente de EE.UU. Esto porque en la última visita de Peña Nieto a Obama, le pidieron que «no intervinieran» en las campañas. Por reciprocidad, aceptó no hacerlo hasta que hubiera candidatos definidos.
Ya me gustaría ver a Obama recibiendo a Margarita, López Obrador o a El Bronco. Ni a sus competidores internos en sus partidos y mucho menos a los electores les gustaría ver eso. Pero no podemos dejar de levantar la mano y decir «aquí estamos», porque dejan de vernos y tomarnos en cuenta en sus propuestas de gobierno.
El problema es que el primero que aceptó fue Donald Trump. Ha hecho una campaña contra México y lo mexicano, por lo que era mal visto. Desde que me enteré anoche dije que vendría a hacer un «In your face!» con su dichoso muro. Creo que es un error. Pero también debía hacerse. Es estratégico y dañará la maltrecha aprobación presidencial, pero debe hacerse.
Postdata: En efecto, ya acabó la visita. Y en efecto, «hablaron de construir el muro, aunque no de quién lo va a pagar» según la versión de Trump, y fue «un encuentro ríspido» según algunas versiones extraoficiales de la parte mexicana. ¿El costo en aprobación presidencial? Supongo que alto. Así que, sospecho, por primera vez veremos un presidente por debajo de 20%.
Rápido pasa la vida.
Así, como quien no quiere la cosa, ya empezaron a comprar boletos para nuestra siguiente Visita Literaria. Será el 10 de septiembre, a las 10:00 a.m., Templo Mayor. Se pondrá interesante. Y, por sus sugerencias, ahora también pueden o bien comprar más libros o comprar boletos sin libro -para acompañantes o para menores de edad-. De cualquier modo, el grupo está limitado a doce personas. Pueden conseguir sus boletos en la página de El tesoro de Cuauhtémoc. ¡No dejen que se les pase!
Imagen de hoy Thomas Hawk via Compfight