La semana anterior me la pasé recordando. De un lado, estamos preparando un proyecto de memorias y fuimos por el personaje que las está redactando para conocerlo. Nos pasamos un par de días recordando personajes, pasajes y circunstancias de su vida en un muy interesante ejercicio.
También me la pasé recordando algunos proyectos y productos que había desarrollado en el pasado y que reaparecieron. En parte porque tras una reciente mudanza nos encontramos lo que hacía falta para hacerlos realidad. Luego, porque me encontré en un respaldo los archivos que los complementan. Después, porque me encontré alguien con curiosidad para probarlo. Total, tras vivir recordando recuperamos el proyecto.
Luego, en un par de charlas más salió a colación que los mapas mentales, una técnica muy de boga al principio de siglo, sigue siendo una de las más eficaces para ciertas tareas. Tres ratitos con tres personas diferentes trabajando su mapa, y logramos avances espectaculares en sus proyectos. ¡Cómo estará la cosa, que ya descontinuaron el software que utilizo para hacerlos!
Y por último, el cinco de mayo alguien me recordó que en El Tesoro de Cuauhtémoc hablamos mucho sobre ese día y su importancia en la vida de Porfirio Díaz. Así que en la entrada anterior publiqué un fragmento del capítulo correspondiente y tres de las postales de la semana se basaron en el mismo texto.
¿Y qué creen? Que las postales, el taller, los mapas mentales, el libro de memorias y otros proyectos que pasaron por estar recordando tuvieron mucho éxito. La memoria y la nostalgia funcionan. Las ideas eran buenas y no las avancé por miedo, desidia, falta de tiempo u otros factores. Pero se pueden rescatar.
Recordando la semana en las Frases Famosas
Muy sabio consejo. Conozco a tantos que «dejan hacer, dejan pasar» esperando a que Dios les resuelva las cosas… o a otros que hacen lo mínimo posible, «al se va»…
No te calles, no te detengas… porque luego vienen a decirte que «debiste decirlo en ese otro momento». Así que… aprovecha ahora.
Entendí la frase de L’Amour en dos sentidos: cuándo estás por rendirte y cuándo creas que ya acabaste. Y vaya que me resonó al volver a leer un texto «ya terminado» y que puede depurarse más.
El calor, la comodidad, el cosechar frutos… Todo eso -y más- está dentro de nosotros mismos. No dejen de buscarlo.
Y si bien es un consejo que le dan a un personaje que se enfrenta en un trance complicado en El Tesoro de Cuauhtémoc, a todos nos puede servir en caso de dificultad.
Tal vez esta postal fue una de las más comentadas, compartidas y apoyada en las redes sociales en lo que va del año. No me sorprende.
Y si bien le pasa al personaje de la novela, estoy seguro que a todos nos ha ocurrido tarde o temprano. Ni modo, a seguir buscando.
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Imagen de hoy: Wayne S. Grazio via Compfight y postales vía @gjsuap.