Estos han sido días llenos de recuerdos y reflexión. Como ocurre cuándo acabas un proyecto grande -como el NaNoWriMo-. O como cuándo cierras un ciclo, como este último año de la segunda década del siglo XXI, que tantos esperamos con ilusión desde que vimos «2001, odisea del espacio«.
Pero como buen hombre de la Generación X, en adición a las lecturas o las reflexiones, son los medios audiovisuales una de las herramientas que más ayudan a plantear marcos de referencia en común. Es más fácil que les hable de la serie sobre Sor Juana, que pasó el canal 11 y que la hayan visto, a que les cite pasajes de «Yo, la peor» de Mónica Lavín o, peor aún, pasajes de «las trampas de la fe» de Octavio Paz. Es decir, sabemos que existen y los pueden consultar en línea muy pronto, pero no es igual a que les cite un programa.
Y estos días es lo que ha pasado.
The Crown: Polvo Lunar
En la tercera temporada de The Crown, la exitosa serie de Netflix sobre la Reina Isabel II y su familia (pueden ver el corto aquí), hay un capítulo dedicado al príncipe consorte Felipe. En la crisis de la edad madura, y confrontado con que los astronautas del Apollo 11 son más jóvenes que él, se pregunta qué ha hecho de su vida. ¡Ellos lograron una gran hazaña, mientras que él es príncipe consorte y mero adorno de la corona!
Así que arregla un encuentro con los tres personajes para descubrir cuál es su visión trascendente del momento que les tocó vivir, una de las hazañas más grandes de la humanidad. Y todo para encontrarse que ellos solo siguieron procedimientos y pasos, prácticamente sin tiempo adicional para pensar lo que estaban haciendo, y viviendo vidas tan triviales como la suya.
Esa «crisis de la edad madura» que hace pensar que nada de lo que has hecho te ha dejado ser quien querías ser.
Recuerdos: Jerry Maguire
También pude conseguir estos días una de mis películas favoritas de todos los tiempos: Jerry Maguire. En ella, unos maravillosos Tom Cruise y Reneé Zellweger hacen el papel de los jóvenes idealistas que dejan una gran agencia de representaciones deportivas «masivas», para iniciar su propio despacho de especialidad.
Tal vez porque ilustraba muy bien lo que quería hacer cuándo salió (1996), porque en 1999 tuve el mismo carro y modelo -hasta del mismo color- que salía en la película y porque aún creía que podía hacer una diferencia en el mundo.
20 años después descubrí que muchos de los cambios que quería hacer los logré; que algunos fueron verdaderas victorias pírricas en tanto que otros se volvieron trascendentes y que, lo único que no logré al paso de los años, es lo que decía el personaje de Rod Tidwell (actuado por Cuba Gooding Jr.): «Show me the money!».
Vaya, he podido dar una buena vida, con buenas experiencias y satisfactores a mi familia, no me quejo; pero hasta ahora no he podido lograr el patrimonio que había planeado hacer. Y en parte ha sido por no haber logrado ser fiel a la visión que tenía del mundo y de mi tarea en él.
Se puede, pero…
Sí, aún se puede. Pero como en otras cosas, tengo la impresión de que voy a la vida tarde y mal. Soy el príncipe que ve a los jóvenes llegar a la luna, cuándo eso para él ya no es posible. El agente que puede empezar su propia agencia… pero para los nietos -cuándo lleguen-, porque para los hijos ya es un tanto tarde.
Sé que aún puedo ser quien quería ser. Pero llego 20 años tarde. Eso sí, con más experiencia. Ahora, se trata de pulir y corregir lo que se hizo mal y aprovechar las ventajas. Eso sí, con cada vez menos tiempo por vivir.
En fin, veamos qué me depara la vida y que puedo hacer con ella. Dejar de perderme en los recuerdos y actuar más. Porque como dice el príncipe Felipe en The Crown: «No es con platicas, planes o sueños como se hacen las cosas. Es tomando acciones». Por lo pronto, volver a poner a Jerry y ver qué hay que hacer para nunca rendirse.