Para un proyecto en marcha estoy leyendo «la próxima gran caída de la economía mundial», un libro que se presenta diciendo que analiza los desafíos de la crisis de 2012, el colapso chino y la oportunidad latinoamericana. El autor es Jorge Suárez Vélez quien ha fungido como columnista en CNN y Yahoo! finanzas.
Debo confesar que me costó trabajo encontrar el libro, y por otro lado, también me costó trabajo pagarlo. Como es caro, se vende poco y varias librerías ni lo manejan. En ese sentido, la «ley de precio único del libro», en mi impresión ha venido a encarecer los textos y dañado más que beneficiado a los lectores asiduos. Poco sorprendentemente, desde la aparición de la polémica ley he comprado apenas unos seis libros en papel -porque me parecen ya muy caros-, uno de ellos por placer puro y el resto por motivos laborales. En contraste, el año anterior habría adquirido unos 25 -uno a la quincena-. Y mi cuenta de Amazon que tenía años parada -desde que a raíz de las medidas derivadas del terrorismo de 2001 los fletes se encarecieron mucho- llevará unos 25 textos adquiridos durante el último año, todos entregados electrónicamente.
En los primeros días de septiembre espero comentarles más a detalle las hipótesis del libro. Pero ahora quiero detenerme en una frase que me acabo de encontrar, y que creo merece un buen debate:
Nunca como ahora la tecnología ha cambiado nuestro día a día. Aún recuerdo cuando mi padre me mostraba asombrado la máquina de facsímil que permitia enviar en forma remota un papel firmado; ahora éstas están destinadas a ocupar en los museos un lugar junto a las máquinas de escribir y las de télex. (…) Y sin embargo, seguimos atacando nuestros problemas con criterios cortoplacistas y tradicionales como si el mundo no hubiera cambiado. Seguimos pensando en comales, no en microondas.
Tristemente es cierto: tratamos de defender cosas que están quedando obsoletas o negándonos al cambio. No actualizamos nuestro repertorio de soluciones. Por ejemplo, recientemente me enteré de un proceso en el que, para que validen que hiciste un trámite, tienes que entregar IMPRESO el acuse de recibo electrónico que te da el sistema. ¿Cómo para qué? Que lo imprima el que quiera un comprobante, pero ¿que se haga requisito imprimir algo que electrónicamente ya tiene la autoridad?
Si el dilema es «renovarse o morir», creo que deberíamos optar por ‘matar’ los trámites burocráticos, gubernamentales o privados, que nos agobian a todos. O buscar la receta para hacer palomitas de microondas… en los comales.
Definitivamente El impacto de las nuevas tecnologías es un hecho innegable en todos los ámbitos ( familiar, económico, social…) y, por supuesto, no iba a ser menos en el ámbito educativo..Actualmente nuestra sociedad y nuestra cultura se ve inmersa en un proceso tecnológico fundamental con el que hemos aprendido y estamos aprendiendo a convivir… pero lo importante es aprovechar las oportunidades del avance tecnológico para superar los rezagos que enfrenta el país. es necesario tomar conciencia de que sólo mediante la educación y la capacitación seremos capaces de aprovechar de manera sustentable las oportunidades que este nuevo entorno nos ofrece…. saludos (es solo mi punto de vista)
Pues no sólo es tu punto de vista; es también un análisis muy valioso. Gracias por compartirlo y bienvenida una vez más. Saludos…
pues con lo de la factura electonica ya fue un gran paso pero todavia hay resistencia para muchos temerosos y centaveros, me imagino que sienten que tienen sus necocios en una cuerda de equilibrista
Sin duda; la factura electrónica cerrará aún más plazas en el área contable, pero reducirá costos y aumentará la eficiencia. Y no es el único ejemplo. Gracias por leernos y comentar. Saludos.
hace poco comentaba lo absurdo que resulta ir al Registro Civil para que una señorita te localice en la base de datos y te imprime tu acta de nacimiento que a la vez llevas a Relaciones Exteriores para obtener un pasaporte. SRE podría haber hecho la consulta directamente y con mas certeza ya que es factible que el papel no fuese autentico. Pero esto costaría empleos así como ingresos al GDF
Por cierto el libro de Suárez Vélez me está gustando, y no lo adquirí antes de agotar la espera de una versión digital.
Así es… un proceso automatizado en una intranet gubernamental sería más fácil, fiable y económico. Pero dudo que no lo hagan por "salvar empleos", sino porque modificar la normatividad es complicado y complejo… Saludos y gracias por visitarnos.