Cómo muchos notaron, se fueron varios días sin actualización del blog. Y no solo ésta: otras rutinas también se me perdieron las últimas dos semanas. Claro que el motivo era importante: mi hija Ana Sophia requirió una hospitalización de casi una semana. Luego, una operación posterior. Y por último, la recuperación. Eso, por supuesto, trastocó muchos horarios y hábitos: desde dejar todo para ir corriendo al hospital el día de la emergencia, hasta estar 12 horas en su habitación, acompañándola.
Afortunadamente, dicen los médicos que ha evolucionado bien, y con un poco más de libertades y normalidad cada vez. Por otra parte, su condición médica repite un problema que tienen su abuela paterna, su abuela materna y su mamá. Así que, de todos lados le tocaba replicarlo. Al menos, no es grave e impone pocas limitaciones adicionales en su dieta y sus hábitos. Gracias a todos los que han preguntado y han estado al pendiente. Va mejor y les paso sus saludos.
Rutinas. Volver al ritmo.
Sin embargo, lo que más me ha pegado de haberme salido de mis rutinas y hábitos a lo largo de las dos semanas fue poder recuperarlos. Sea a escribir, hacer caminata o los hábitos alimenticios. Todos sufrieron un poco con esta ruptura.
Una duda es si «reponer los faltantes». Completar las cuatro entradas faltantes de finales de mayo e inicio de junio. Decidí que no, porque a final de cuentas quienes tienen el hábito de leerme periódicamente no van a leer cuatro o cinco entradas de un jalón. Y quienes llegan ocasionalmente por un tema suelto, tampoco se quedarán a leer cuatro o cinco entradas contiguas de un jalón.
Total, el hueco en el calendario lo notaré yo y algunos de los pocos lectores cotidianos. Sé que muchos me leen cada día que publico; otros vienen una vez a la semana y leen varias entradas a la vez. Pero la mitad del público llega por una entrada que vió en redes o que le brincó buscando cierto tema.
En fin. Que para volver al ritmo en este y otros temas, recordé el consejo que ya les había comentado de Mel Robbins. Las cosas se hacen cuándo tomas una «decisión consciente» de hacerlas. Y dice que la mejor forma de entrar a ese modo de “decisión consciente” es al pasar a la acción mediante el conteo hacia atrás. “3… 2… 1… ¡Ya!”. Esto vence tanto el proceso del piloto automático como la acción del freno de mano en que actuamos regularmente. Es una acción sencilla que te prepara para hacer las cosas, independientemente de sí quieres o no hacerlas y de cómo te sientas al hacerlas. Actúas, punto.
Va de nuez.
Así que, volviendo a leer ese consejo, empecé desde el miércoles a volver a las rutinas. Y, como la primera vez, me ha funcionado: ya están las caminatas de al menos 60 minutos y/o 10,000 pasos, los hábitos de alimentación -bajarle al pan, por ejemplo- y otros más. En particular, todos los que sufrieron las últimas dos semanas.
Eso incluye no sólo volver a escribirles tres veces por semana aquí. Sino también avanzar en los proyectos de mis clientes, y en los míos también. Además de hábitos alimenticios y de ejercicio. Todo lo que la enfermedad de mi hija me hizo ver que son cosas que requieren redoblar esfuerzos de mi parte.
Quiero hacer de Junio un mes lleno de logros y éxitos. En lo laboral, lo personal y lo creativo. Porque vienen muchas más cosas que hay que lograr con rutinas y hábitos positivos. ¿Quién se anima? ¡Vamos a hacerlo!
Imagen de hoy alberto_db15 y video por @gjsuap