Definitivamente el día de mi santo es de los pocos acontecimientos del calendario religioso que de verdad me gusta festejar que no sea una “fiesta grande”. Esto por que mi abuelo Javier jamás dejó de festejarlo, y dejó con ello una tradición familiar.
Para valorarlo, Francisco Javier fue uno de los cinco fundadores de la Compañía de Jesús, Junto con San Ignacio de Loyola. Pero a diferencia del entorno militar del fundador de la órden, de dónde se obtiene su característica obediencia y disciplina, Francisco Javier provenía de un ámbito más académico, pues tenía una carrera en filosofía y artes antes de meterse la vida religiosa.
Ya como Capitán General Jesuita de la Provincia de la India “y de todos los territorios portugueses más allá del Cabo de Buena Esperanza”, difundió por igual el Evangelio y la educación, así como una opción preferencial por los más pobres que sigue vigente en esa orden monástica. Se quedó a las puertas de China, nación a la que logró entrar con tezón y buen ánimo, a pesar de las prohibiciones a los predicadores extranjeros.
Por ello, una institución volcada al quehacer académico y con una disciplina férrea de tipo militar es el tipo de orden que el Papa quería para apoyarse durante la Contrareforma: para responder al reto luterano y calvinista, necesitabas hombres inteligentes, estudiosos, disciplinados, y muy trabajadores. Pero abrirse a leer los argumentos de los contrarios, sean teólogos, científicos o simples herejes también les dio una cierta versión izquierda y moderna, que se volvió tan incómoda que eventualmente fueron expulsados lo mismo de España que de Portugal así como de sus colonias, incluyendo Nueva España, Perú y Brasil.
Tal vez por ese espíritu de disciplina y rigor académico –y por ser exalumno de la muy jesuita Universidad Iberoamericana- es que me identifico de manera especial con San Javier, y recuerdo también al muy estimado Padre Xavier Escalada, S.J., un gran guía en mi juventud.
Vaya pues a San Francisco Javier, al Papa Francisco –aunque sea en memoria del de Asis, es tocayo de San Franciso Javier-, a mi abuelo y a mi hijo mayor, y a todos los Javieres, Xavieres, Xavis y hasta Xavieras, un fuerte abrazo en el día de nuestro santo.
Imagen de hoy por Lawrence OP via Compfight