Senderismo: acertijos y ejercicio para tu cuerpo y tu alma

Senderismo - Imagen de Gjsuap
Senderismo, gran ejercicio

En la entrada anterior les comentaba que, por sugerencia de mi estimada amiga Alma, fuimos a hacer una caminata terapéutica por los bosques del Parque Nacional Desierto de los Leones. Ese ejercicio de senderismo me recordó muchas de las caminatas que realicé por allí y por otras montañas del Valle de México por muchos años. De hecho, hasta que al entrar a la universidad y tener que mantener mi beca requerí de quedarme los fines de semana estudiando, y luego con las obligaciones como padre de familia ya no fue fácil regresar a ese gran ejercicio del montañismo.

Por eso, esta invitación-pretexto fue ideal para volver a hacer algo que me gustaba mucho, con un pequeño enfoque diferente: no sólo es el reto de llegar a la cumbre -o a la meta programada en este caso-, contra todas las adversidades -frío, hambre, sed, cansancio-, sino también con la intención de encontrar mensajes a preguntas clave en tu vida en ese momento. Y eso se logra poniendo atención, estando en lo que algunos llaman «el poder del ahora».

Y sí: algunas de las preguntas que me planteé al iniciar el recorrido encontraron sus respuestas. También estoy seguro que Alma encontró parte de lo que buscaba al hacer el ejercicio. Creo que será prudente hacer otra entrada, más adelante, en las que les comparta algunas de las reflexiones que pasé en el proceso.

Ejercicio para el cuerpo

Definitivamente eso de dar unos 20,000 pasos en un día es algo intenso. Digamos que es casi el triple de mi meta de pasos cotidianos en estos tiempos de pandemia. O el doble de lo que esperaba caminar en un día el año pasado. Pero añadan que no son pasos normales, en terreno plano y fáciles de dar: es como subir en una escaladora, con la dificultad de que ni cada zancada es de la misma magnitud y que el piso ni siquiera está a nivel. Añadan zonas de lodo, hojas, piedra suelta; con escalones de raíces o de roca o sin ninguno en realidad. No es fácil.

Pero precisamente por eso una actividad que sueles hacer mecánicamente, como caminar, se vuelve algo que requiere tu atención: un paso en falso y puedes lastimarte tobillos, rodillas, espalda; o bien, caerte de bruces o de espalda. No es fácil. Y si algo que haces mecánicamente requiere que le pongas atención, se requiere concentración.

Al final, sí regresé bastante cansado y con cierto dolor de pantorrillas, rodilla y cadera. Pero nada grave y que un poco de reposo no resolviera. Ya les diré que otros efectos positivos se alcanzaron con ese vigoroso ejercicio más adelante, ahora que me toque ir de nuevo a revisión con el nutriólogo.

Ejercicio para el alma

Les decía que más que para el cuerpo -como si practicara montañismo- fue un buen ejercicio también para el alma. Porque la propuesta de mi amiga Alma no era meramente ir a hacer senderismo, sino una caminata terapéutica. Eso incluye que la mayor parte del tiempo transcurrió en silencio, cada quien en sus pensamientos. También que nos mantuvimos quietos y escuchando atentos varios periodos, percibiendo el sonido del viento, o el trinar de las aves. Claro que también percibiendo los sonidos de los ciclistas de montaña para podernos apartar de su ruta a tiempo, incluso cuándo una curva o un desnivel los apartaban de nuestra vista.

Otro momento especial fue la meditación cuándo llegamos a la meta: sentados en una roca casi por diez minutos, cada uno en flor de loto y con el objetivo personal, hasta que fuimos despertados por otros viandantes. Lo curioso es que, cuando me «salí» del estado de meditación, vi el mundo en blanco y negro y podía percibir las energías de la vida, tanto de los otros caminantes, del bosque todo y de mi amiga. Lo que algunos llaman «aura».

Fue después de que cerré los ojos, volví a cerrar mi meditación y salí de ese estado en que el mundo recuperó su color, mucho más intenso que antes. Si, ese ejercicio de introspección fue muy positivo.

Senderismo: acertijos de la vida real.

En resumen, el ejercicio de senderismo, entendido como un ejercicio para el cuerpo y para el alma es algo que les recomiendo hacer al menos una vez en la vida. Ya si se vuelven a enganchar y lo practican más… pues qué mejor.

Y nuevamente les dejo la foto que ilustra esta entrada un poco más grande, para que puedan percibir a más detalle la hermosura del lugar y el motivo por el cual lo recomiendo. Y les dejo un reto: ¿Pueden localizar la vereda? ¿Por dónde sigue el camino?

Senderismo - Imagen de Gjsuap
Senderismo, ¿Puedes encontrar tu camino?

Por cierto, les dije que en este texto les comentaría que había de especial en la foto de la entrada pasada. Todas las rocas que se ven cubiertas de musgo, todas pertenecen a la misma barda del ex convento que se ve allí atrás. Si se fijan con atención, pueden llegar a rearmar la pared. Si, fue todo un ejercicio de introspección e imaginación poder ver cuál era la probable ubicación original de cada piedra.

Rompecabezas de la vida real
Rompecabezas de la vida real

Imágenes de hoy: Gjsuap

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