Leo con sumo interés un par de entradas del blog de Paulina Arriaga ArriagaPs’Blog (en Twitter, @arriagap) respecto a una campaña publicitaria que pretende revalorar los roles de género «modernos» al compararnos a los hombres con Napoleón y a las mujeres con Juana de Arco, señalando que ambos galos serían incapaces de vivir en el mundo de hoy. Lo notable de esta campaña de Coca Cola Light es que si bien pretende tener una actitud «ligera» e iconoclasta, en realidad logra reforzar lo peor del manejo de roles: mientras que las dificultades de Napoleón son leer a Paulo Coelho en público o pedir refresco en vez de vino; las de Juana son lidiar con tres bebés, los hijos mayores de su pareja o volver a trabajar después de un embarazo.
Creo que todos hemos visto campañas sexistas; entre las peores, las de electrodomésticos o productos de limpieza que hacen suponer que si la mujer compra esa marca tendrá tiempo para la familia -como si los hombres modernos no supiéramos usar una lavadora o un jabón- o las de desodorantes AXE, que hacen aparecer como todo un seductor irresistible hasta para las «ángelas» al usuario del producto de marras. Ojo: yo lo he usado y me consta que no se para el mundo ni las mujeres se alocan con mi presencia. Publicidad engañosa, podríamos decir….
Lo notable de este caso, y Paulina Arriaga lo documenta bien, es que la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación, CONAPRED, había asesorado a la compañía refresquera para generar publicidad «no sexista» y «no discriminatoria». Y salen con esta campaña «ligera». Aquí, el spot sobre Juana de Arco:
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Y, para su contraste, la que corresponde a Napoleón, el dictador francés, no el cantante ochentero:
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Como pueden ver, lo que era importante para dos personajes que cambiaron el rumbo de la historia de Europa es realmente «intrascendente» contra lo que tenemos que vivir hoy. Aunque la producción del spot de Juana de Arco es excelente en la parte de batallas, por ejemplo.
Pues lo notable, según la historia que documenta Paulina, es que CONAPRED terminó deslindándose de la campaña, y afirmando que la refresquera no hizo lo correcto al «interpretar» sus recomendaciones. ¿Y saben qué? Una campaña ciudadana en redes sociales nos ayudó a lograr que una autoridad se «desdijera» o que al menos desminitiera lo que antes había dicho por escrito. Lo hemos dicho e insistimos: el gran aporte de las redes sociales es que nos hace a los ciudadanos individuales, testigos, supervisores, contralores y auditores del gobierno, y nos da un eco que no se lograba antes a título individual. Además, como en este caso, permite ponderar los argumentos por su valor y no por la fuerza del emisor. Una bloguera inteligente y documentada pudo hacer notar un error de una instancia nacional, y hacerla rectificar. Bien por Paulina, bien por CONAPRED. Son ejemplo a seguir.
Les recomiendo leer las dos entradas completas en el blog de Paulia Arriaga: La “actitud ligera” del Conapred y Coca Cola del 27 de septiembre, momento en que detona el caso, y la del 1 de octubre, Se deslinda el Conapred de campaña sexista de Coca Cola Light. Bien escritas y documentadas, vale la pena revisarlas a detalle. ¿Y ustedes, han visto un caso similar? Coméntenos sobre ello.
Imagen de hoy, por Brandon Warren via Compfight