Y ahora entiendo a los maratonistas o a los montañistas: ya estamos a nada de acabar, menos de 3 kilómetros… pero ya flaquean las fuerzas y ves cómo la cumbre se aleja, se aleja… o más bien, ves que no se acerca al ritmo que esperarías conforme a tu esfuerzo. Por ejemplo, ayer en una hora apenas logré unas seiscientas palabras; regularmente, en ese tiempo puedo escribir casi el doble.
Claro que una de las dificultades radica en que ya es momento de ir uniendo todos los hilos sueltos que he ido dejando en la historia. Un punto puede quedarse sin abordar, porque ya lo harás más adelante. Pues bien, ahora es ese más adelante: hay que tomar todos esos hilos sueltos y unirlos, cuidando que los nudos no sean muy torpes o increíbles (y de repente, ocurre un milagro y todo se arregla misteriosamente).
Pero hay algo peor: si bien faltan menos de 4,000 palabras… me faltan 8 capítulos por escribir. Es decir, lograré la meta de las 50,000 palabras a tiempo antes del 30 de noviembre… pero no la de terminar la novela. Confío en que terminará en casi 12 mil palabras extra. Lo que si ya rebasé hasta ahora es el cuarto de millón de caracteres… (si, en menos de un mes he escrito más de 250,000 caracteres).
Y lo que me alegra mucho es que ya rebasamos la meta en recaudación (íbamos por U$250 y ya vamos en U$302); aún pueden donar lo que resta de noviembre y les garantizamos que será para un buen uso – y no, yo no recibo ningún dólar de ese esfuerzo caritativo: todo es para fomentar la lectura y la escritura entre niños y jóvenes a través de la Fundación NaNoWriMo. Sus donativos se reciben en http://www.classy.org/gjsuap
En fin, que en el cuadro de la barra lateral de este blog podrán ver cómo me voy acercando a la meta de las 50,000 palabras antes de que se acabe el mes, en tiempo real. Y también en diciembre volveremos a Dichos y Bichos con más posts con mayor frecuencia, y con el lanzamiento de la novela «Clara Sandra Solía Soñar» completa.
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