Hoy vamos a contar tres historias de sexo que han dominado los medios masivos en días recientes, historias de terror, lujuria, justicia y abismo. Historias, pues, como las que miles de personas viven cada día… pero éstas ocurren en los reflectores mundiales.
- Dominique Strauss-Kahn. El Director Gerente del Fondo Monetario Internacional está detenido en Estados Unidos, porque aparentemente intentó abusar de una camarera en el lujoso hotel neoyorkino en que se hospedaba, y luego intentó huir del país. Tal vez pensó que no le creerían, o que alcanzaría a fugarse. Tal vez pensó que por su alto cargo en la burocracia internacional saldría impune. Lo cierto es que, detenido y bajo proceso, probablemente perderá la oportunidad de inscribirse en la elección primaria de su partido. Es una lástima que el precandidato que lideraba las encuestas para ser Presidente de Francia pierda su opción por una acción que duró menos de una hora, si todo se confirma. Pero no es la primera vez que lo hace, y ya hay hasta testimonios de una sobrina de quien trató de abusar. Si se confirma su salida, es posible que Ernesto Zedillo, expresidente de México, sea su sustituto en el FMI: ya tuvo experiencia en la crisis global de 1995 y podría rescatar a Europa de su crisis actual; ya fue candidato emergente ante la muerte de Luis Donaldo Colosio y, según trascendió, estaba en el cuarto contiguo al Despacho Oval de la Casa Blanca mientras sucedía el famoso encuentro de Bill Clinton y Mónica Lewinsky. Podría lidiar bien con los tres temas: Crisis, Sexo, y llegar como emergente. Por lo pronto, Dominique padece bajo la ley.
- Arnold Schwarzenegger. Tras 25 años de estar casado con María Shriver Kennedy, trascendió que su separación ocurre tras haber tenido un hijo con una de las asistentes de la casa, la guatemalteca Mildred Patricia Beana. Por más de diez años sostuvieron la historia de que era hijo del ex esposo de ella, pero ahora que, tras 20 años trabajando en la casa Schwarzenegger-Shriver, Patty pidió pensionarse y el dejó el cargo de Gobernador de California, la verdad salió a la luz. En principio, el affaire debería ser un asunto privado; lo que lo hace público es que él, como gobernador republicano, se oponía a dar facilidades a los migrantes (Patty es guatemalteca), y se oponía a facilitar el aborto y las medidas contraceptivas. Su matrimonio de 25 años parecía bastante sólido y feliz, y se ponía como ejemplo de una buena familia. Pues bien, la incongruencia dificultará su carrera política y la vida de su familia. Y son los medios los que se han dado a buscar los datos que los implicados no han querido: ya hay fotos hasta del niño hechas públicas (y si le da un aire a la quijada paterna) y reconstrucciones de cómo y cuándo fue que María se enteró del hecho. Por lo pronto, Arnold padece bajo el público
- La Suprema Corte de Justicia de México. Recientemente falló sobre el caso de la maestra de la escuela Instituto San Felipe de Oaxaca, Magdalena García Soto. Supuestamente, la maestra García consentía en que dos profesores -uno de ellos, esposo de la dueña de la escuela- violaran a un menor de cuatro años durante los recesos. Por una decisión dividida de 8 a 3, la SCJN falló (término jurídico, no implica error) a favor de la maestra, al considerar que no había pruebas suficientes de su culpabilidad. Es decir, no la declaró inocente sino que no había evidencias para culparla. La madre del menor, Leticia Valdéz, acusa que la dueña de la escuela, Yolanda León es familiar del ex gobernador Diódoro Carrasco, y que por tanto se usó tráfico de influencias para desestimar la acusación. Los dos presuntos violadores están prófugos desde 2007, y el caso tardó cuatro años en resolverse totalmente. Por lo pronto, la SCJN padece descrédito público.
¿Qué es lo grave? Que mientras en la historia de Dominique se prueba que una camarera de hotel tiene la fuerza suficiente para someter ante la ley al Director Gerente del FMI, y que en la historia de Schwarzenegger se demuestra que la verdad sale a la luz gracias a los medios, en el caso mexicano quedan siempre sospechas, ya que ni la ley ni los medios aclararon el tema: si se actuó conforme a la ley (y se declaró falta de pruebas y no inocencia) la investigación estuvo mal integrada; si hubo sesgo a favor de los poderosos, tenemos una corte bajo sospecha pública. Y si en verdad la maestra era inocente, toda su historia será poco creíble.
Estos temas muestran lo mucho que nos falta por avanzar como sociedad. La SCJN debe salir a aclarar de manera definitiva que ellos no vieron el fondo del caso -si hubo o no violación, y si la maestra estaba conforme o no- y que es el rol que les marca la ley. Por lo pronto, ni el Poder Judicial ni el «cuarto poder» tienen la fuerza, dedicación, profesionalismo y/o credibilidad pública que hemos visto en los primeros dos casos analizados.
Dificil decidir entre la presunción de inocencia, la legalidad y la justicia del caso concreto, esto es, el dilema diario de todo juzgador, decantarse por una u otra implica saber qué se desea la congruencia en los precedentes o la decisión sin generar un sistema de congruencia que permita a la sociedad conocer la tendencia en las determinaciones judiciales. Quizás es muy breve este espacio para exponer todo lo que implica una sentencia, pero quizás es más aburrido para algunos.
Gracias.
Sin duda, por eso la tarea del juzgador es aplicar la ley de la mejor manera posible. Y por supuesto que es un balance complicado. Saludos
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Triste realidad..¿algún día se hará justicia en nuestro país a todas las victimas de abuso sexual?,, que además de pasar por algo tan horrible tienen que soportar las vejaciones de las autoridades haciendo sentir que ellas(os) son culpables y la mayoría de las veces no se encuentran culpables a los victimarios.. se deben poner a trabajar los funcionarios urgen modificaciones en este tipo de delitos.. que así sea en un futuro cercano.. Ämen..
Lo preocupante del caso es que aparentemente la Corte tiene razón: NO hay elementos suficientes para probar la culpabilidad de la maestra. No los hay. El dicho del niño de ella lo llevaba al salón, no basta para hacer constar que ella sabía lo que pasaba. Creo que se requiere estar muy mal para permitir que tu marido viole a un niño del que eres responsable, con lujo de crueldad, y digas que no pasa nada. Supongo que ella no sabía el detalle de lo ocurrido. Pero, para ahondar lo señalado en la nota (de que la Corte no fue al fondo del asunto, sino al procedimiento) está esta columna de Jorge Fernandez Menéndez que contribuye a indignarse más, y a ver que este caso que dilató cuatro años ha sido un verdadero abuso: La Justicia Amarga de la Corte.
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