Hay días en que la fatiga te domina, te muestra que ella tiene el control y que toda resistencia es inútil. Que no hay nada que hacer, porque las circunstancias están puestas en tu contra y nada ni nadie puede cambiarlas. Días, si, para la desesperanza.
Hay días en que la desesperanza te abruma, en que crees que no importa que hagas, de nada servirá. Días en que las metas se ven tan lejanas y los objetivos tan imposibles, que no te queda más que volver a la cama con esa mezcla de frustración y dolor, sabiendo que lo que pretendes no se podrá lograr ni pronto ni bien ni en la manera que esperabas.
Pero perseveras.
Das un paso más, y luego otro. Si, la meta se ve lejos, pero alcanzable. Y sólo un paso más es lo que puedes dar hoy, pero lo das. No te detienes. Dificultades o problemas te frenan, pero no te detienen.
Como a Walt Disney: ya había ganado un premio Óscar por «Blanca Nieves y los siete enanos», la primera película de dibujos animados a color. Y se le ocurrió una idea para un parque temático. Crearía «Disneylandia», una especie de «feria de pueblo» permanente, basada en sus personajes. Pero era un concepto nuevo. Nunca probado. No le veían potencial de negocio. 306 veces le dijeron que no potenciales socios, financiadores y los bancos. 306 veces rechazaron su proyecto de Disneylandia.
Como a Elvis Presley, a quien le dijeron que no tenía futuro en la música, que era mejor que volviera a manejar un camión. O como a los Beatles, a quien compañía tras compañía les dijeron que «los grupos de chicos con guitarras están fuera. No gustan».
O como a Stephen King, a quien le rechazaron 99 veces su primera novela. Le tomó casi siete años vender su primer cuento, por 35 dólares. Incluso llegó a poner un clavo en su pared, en el que ponía las cartas de rechazo. Eventualmente, tuvo que reemplazarlo por una espiga, porque el clavo se había llenado. O como a J.K. Rowling, a quien le dijeron que las historias de una escuela de magos no se venderían porque «los niños de ahora ya no leen, y si leen no es de fantasía«. Si, eso le dijeron a quien llegó a ser la mujer más rica de Reino Unido, más que la Reina Isabel -antes de que diera la mayor parte de su fortuna a la caridad-.
En fin. Esas historias y más se cuentan en el más reciente libro de Michal Stawicki, 99 Perseverance Success Stories: Encouragement for Success in Every Walk of Life – «99 historias de éxito y perseverancia: estímulos para el éxito en cada camino de la vida» que les recomiendo en esta ocasión y está disponible en Amazon:
Verán historias muy conocidas, como las de Nelson Mandela, Abraham Lincoln y Oprah. Otras menos conocidas, como la de Woolworth, el inventor del aparador de las tiendas y el formato de precio fijo bajo «tiendas de 5-y-10», o Macy, quien quebró 8 veces antes de crear la exitosa tienda de departamentos. O historias que salvaron miles de millones de vidas, como la de Norman Bourlag. O luchas vitales de personas poco famosas, pero que no por eso dejan de inspirar. Les aseguro que les gustará.
Y, mientras tanto, me voy a dar un paso más… porque el éxito consiste en no rendirse. Un paso a la vez, hasta llegar a la cumbre.
Imagen de hoy elycefeliz via Compfight