Esta semana, con las vacaciones escolares de los niños y todos los proyectos a medio gas, fue un buen momento para pensar. Para pensar en lo que es verdaderamente importante, para impulsar lo que se debe hacer.
He reesctructurado el calendario de escritura para tener #Calexit a la brevedad, a pesar de la caída en el financiamiento. Avancé en otros proyectos y probé una nueva sede para el taller «Escribe Hoy». Creo que funcionó bien y podremos hacer algo más regular, aunque anunciado con más tiempo -lo avisé al publico el jueves para impartirse el sábado. Larga historia.
Además, me tocó una entrevista en radio, lo que me recordó lo mucho que me apasiona hablar sobre escribir y la misión de ayudar a más escritores a cumplir su sueño. Porque hoy más que nunca las condiciones son ideales para lograrlo. Así que… todo parece fluir adecuadamente.
Y algo me quedó muy claro: la vida es un ejercicio de paciencia. De determinación, constancia, esfuerzo… y paciencia. Casualmente hoy en la madrugada quería ver algo de Karla Souza. Pero era tarde para ver una película. Y sin querer, abriendo el YouTube me encuentro con que dio una conferencia TED sobre lo difícil que ha sido el camino: «Dulces son los frutos de la adversidad«. y cómo con paciencia lo logró. Citó a Malcom Gladwell, otro de mis consentidos -de quien les hablé aquí-. Total, que me encantó en esta faceta. Magnífico mensaje. Y muy a tono con lo que comenté en la semana en las «frases famosas». Acá se las dejo, porque vale la pena verla:
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Vida, lecciones para todos
Así que… ya saben. Estar serenos y no gritar es la mejor señal de que sí saben del tema -o de que si tienen razón en lo que discuten. Si no están serenos, pues…
Ojalá y todos tuviéramos esa filosofía: ni rendirse a la primera ni dejar de hacer cosas porque «ya para qué». Pero mientras tanto…
Y, después de trazarla, cruzarla. Atreverse a ir más allá, a romper los cánones establecidos y buscar cómo hacer las cosas mejor. O, al menos, saber dónde está ese límite.
Y sí: están contigo, a tu disposición exactamente cuándo y cómo los requieres, sin molestarse porque los dejaste de ver mucho tiempo y dispuestos a repetirte varias veces lo mismo, hasta que les entiendas.
Siempre y cuándo estés atento. Si te «clavas» en las dificultades, te quedarás atorado allí. O si no las buscas, también. Se requieren ambas cosas: No quedarte con lo malo y buscar lo bueno…
Esta «verdad de a kilo» me recuerda tantos y tantos problemas -particularmente algunos recientes-. O actúas impulsivamente o tienes «parálisis por análisis» y no actúas para nada.
¿Está claro? Hasta para ganar la lotería hay que comprar billetes antes. El esfuerzo es requerido. El éxito… posible. Nada te obliga.
Imagen de hoy: Gabriel Caparó via Compfight, video desde YouTube y postales por @gjsuap